Durante una reciente conferencia de prensa, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, exhibió un teléfono inteligente Huawei, regalo del presidente chino Xi Jinping. Maduro lo calificó como “el mejor teléfono del mundo” y realizó una afirmación audaz: “Los estadounidenses no pueden hackearlo, ni sus aviones espía, ni sus satélites”.
El dispositivo parece ser un Mate X6, un sofisticado teléfono plegable lanzado por Huawei en 2024. Sin embargo, expertos en ciberseguridad indican que, aunque se presente como invulnerable, toda tecnología tiene el potencial de ser hackeada. En particular, la capacidad de hackers del gobierno estadounidense es renombrada a nivel mundial. Un investigador de vulnerabilidades en EE. UU. comentó que debido a que Huawei fabrica tanto el hardware como el sistema operativo móvil —HarmonyOS—, sus dispositivos podrían ser más fáciles de hackear. Según este experto, el nuevo código de Huawei es susceptible a más errores que iOS y Android en este momento.
HarmonyOS, como cualquier software, ha enfrentado problemas de seguridad y requiere actualizaciones regulares. En el caso del Mate X6, Huawei se compromete a ofrecer parches de seguridad mensuales, aunque advierte que la disponibilidad de estas actualizaciones puede variar según los operadores, con algunos que podrían solo recibir actualizaciones trimestrales. En el mes anterior, Huawei corrigió 60 errores en HarmonyOS, de los cuales 13 fueron clasificados como de “alta gravedad”.
A pesar de los esfuerzos de Huawei, la compañía reconoce que su software puede ser objeto de malware y dispone de una página dedicada para ayudar a los clientes que pudieran haber sufrido un hackeo. A pesar de estas amenazas, Huawei no proporcionó comentarios en respuesta a solicitudes de información.
La historia de la cibersecera de Huawei es amplia; documentos filtrados en 2014 por Edward Snowden revelaron que la NSA había infiltrado servidores de Huawei en China. La intervención fue tan profunda que los espías de la NSA lograron acceder a la sede de Huawei en Shenzhen, donde monitorearon las comunicaciones de ejecutivos y recabaron información sobre sus productos. Según un documento de la NSA, “muchos de nuestros objetivos se comunican a través de productos de Huawei”, subrayando la importancia de comprender cómo explotar estos dispositivos para acceder a redes de interés en todo el mundo.
Aunque este incidente data de 2014, es altamente probable que la NSA y el Comando Cibernético de EE. UU. mantengan el mismo objetivo: descubrir vulnerabilidades en los dispositivos Huawei para fines de espionaje. Además, se estima que existen empleados del gobierno estadounidense dedicados exclusivamente a hackear dispositivos y sistemas de Huawei. A inicios de este año, el gobierno chino acusó a la NSA de dirigir ataques cibernéticos avanzados contra la infraestructura crítica de su país.
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