El G-7, celebra desde este viernes una importante cumbre de la que se espera que salga un histórico acuerdo fiscal para fijar un impuesto mínimo de sociedades. En esta reunión presencial, que durará tres días participará António Guterres, secretario general de Naciones Unidas.
Guterres quiere trasladar a los líderes del G-7 —Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido— dos mensajes claros: la necesidad de que se garantice la vacunación contra la covid-19 a todos los habitantes del planeta y la obligación que tienen los países más desarrollados de cumplir con sus promesas económicas para que las regiones más pobres puedan combatir los efectos del calentamiento global.
Precio al CO₂ y financiación del carbón
Guterres cree que el pacto fiscal que se prevé que se cierre en esta cumbre “es un paso en la buena dirección”. “Espero que sea posible un acuerdo internacional antes de la COP26 en Glasgow [la cumbre climática que se celebra en noviembre en la ciudad escocesa]. Y que en la COP26 sea posible un acuerdo sobre el artículo 6 del Acuerdo de París para permitir la creación global de un mercado de carbono”, algo que no se consiguió en la cumbre de Madrid en 2019.
Guterres aboga por poner en marcha medidas para que ese “precio al carbono e incluso un impuesto sobre el carbono” sean “fiscalmente neutros”. Si las dos cosas se hacen al mismo tiempo, es posible que haya una aceptación por parte de la sociedad. Si uno solo grava el carbono, puede haber rechazo, es necesario ser inteligente. Gravar el carbono no debe hacerse para aumentar los ingresos públicos”.
“El carbón sigue siendo el peor problema al que nos enfrentamos. Y muchos países siguen siendo adictos al carbón”