En un contexto político marcado por la incertidumbre, Perú se prepara para unas elecciones presidenciales sin precedentes, con un total de 34 aspirantes inscritos, cifra que se considera récord en la historia reciente del país. Este fenómeno revela un entorno electoral tenso, en el que varios exmandatarios enfrentan la prisión o han sido destituidos, haciendo del cargo de presidente uno de alto riesgo. La fecha prevista para los comicios es el 12 de abril de 2025.
Entre los postulantes, se encuentran personajes de diversos trasfondos: desde un prófugo de la justicia hasta la hija de un exmandatario en su cuarta tentativa por liderar la nación. La lista incluye a un cómico, un exfutbolista y dos militares retirados, mostrando un abanico de opciones extraordinario para los votantes. En contraste, la elección anterior de 2021 contó con apenas 18 candidatos.
La inscripción no se limita a la presidencia; el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) también ha reportado la inscripción de 1,883 listas de candidatos para varios cargos legislativos, un paso crucial en el proceso electoral. Roberto Burneo, jefe del JNE, anticipó que el número podría aumentar, ya que se están revisando las solicitudes pendientes de organizaciones políticas.
Uno de los aspectos más intrigantes de esta contienda es el clima de desconfianza que rodea a los partidos políticos. Según una reciente encuesta de Ipsos Perú, un alarmante 48% de los ciudadanos admiten no tener un candidato favorito o consideran anular su voto. Esta falta de confianza se manifiesta en un electorado indeciso, que a menudo cuestiona la integridad de las propuestas políticas.
Los nombres destacados en las encuestas incluyen al exalcalde de Lima, Rafael López Aliaga, conocido por su imagen conservadora y su apodo “Porky”. Su campaña ha logrado captar el interés del público, y se postula con un 10% de intención de voto. Por su parte, Keiko Fujimori, hija del exmandatario Alberto Fujimori, intentará nuevamente alcanzar la presidencia tras tres intentos anteriores. Sin embargo, ambos se enfrentan a una batalla complicada. El resto de los candidatos se quedan lejos en las preferencias, con cifras que no superan el 5%.
La crisis política en Perú, que ha visto hasta siete presidentes desde 2018 debido a renuncias y destituciones, añade un matiz inquietante a esta elección, donde se supone que, en la primera ronda, ningún candidato alcanzaría la mayoría necesaria. Los analistas prevén que una segunda vuelta será necesaria, programada para el 7 de junio.
Adicionalmente, candidatos como el empresario César Acuña y el cómico Carlos Álvarez se han sumado a la contienda. Acuña representa al partido de derecha populista Alianza Para el Progreso, con un 3% de apoyo en las encuestas, mientras que Álvarez, conocido por su talento para la imitación, busca captar la atención en un entorno electoral poco convencional.
El panorama político en Perú es complejo y requiere atención. La diversidad de candidatos, la desconfianza del electorado y el historial de corrupción plantean preguntas vitales sobre el futuro del país. La lista final de candidatos será publicada el 14 de marzo, marcando un hito importante en este proceso que promete ser tan intenso como incierto.
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