El encuentro amistoso entre la selección mexicana y su contraparte japonesa, celebrado en el Coliseo de Oakland, ha dejado una profunda impresión entre los aficionados del fútbol. Desde las tribunas, más de 50,000 espectadores, ansiosos por presenciar un buen desempeño de su equipo, se sintieron decepcionados al final del partido, que concluyó en un soso 0-0.
A lo largo de los últimos ciclos mundialistas, la selección ha enfrentado críticas sobre la falta de líderes dentro de su plantilla. Exjugadores y entrenadores han señalado que, en la actualidad, los partidos no se ganan únicamente con declaraciones, sino que dependen de la capacidad de los verdaderos referentes y la frescura de los talentos más jóvenes. Sin embargo, durante esta ocasión, el director técnico Javier Aguirre no logró dar con la combinación adecuada que pudiera competir eficazmente.
El equipo mexicano se vio especialmente deslucido, a pesar de contar con algunos nombres reconocidos, como Edson Álvarez y Raúl Jiménez. Ninguno de estos jugadores pudo cambiar el rumbo del partido, ante un adversario que exhibía un dominio notable. La única figura clara en la defensa fue el portero Luis Ángel Malagón, quien tuvo que hacer frente a los embates del equipo japonés, mientras que sus compañeros en la zaga, César Montes y Johan Vásquez, no lograron contener el ritmo veloz del dúo japonés: Wataru Endo y Takefusa Kubo.
En este choque, tres diferentes capitanes encabezaron al Tri. Esto incluyó a Álvarez, quien jugó lesionado; Montes, quien fue expulsado en los minutos finales por un desafortunado foul; y Vásquez, quien intentó guiar a su equipo desde la defensa. A medida que avanzaban los minutos, la frustración en el estadio se hizo palpable, y los gritos de desaprobación comenzaron a resonar cuando los delanteros mexicanas, Raúl Jiménez y Santiago Giménez, fallaron en su intento de conexión y aproximación al área rival.
El regreso de Hirving Lozano, quien fue reintegrado al equipo tras cumplir una sanción, había generado esperanzas entre los aficionados. Sin embargo, su actuación fue decepcionante, y al igual que muchos de sus compañeros, fue objeto de abucheos a su salida del campo. Las similitudes con los desempeños de Rusia 2018 y Qatar 2022 son innegables, dejando en el aire la constante pregunta sobre la falta de referentes en el equipo.
Por su parte, en otro amistoso en la misma fecha FIFA, Corea del Sur logró una victoria convincente de 2-0 sobre Estados Unidos, lo que añade más presión a México, que se prepara para enfrentar a los surcoreanos en su próximo encuentro. La selección de México sigue buscando su rumbo correcto en el camino hacia la Copa Mundial de la FIFA 2026, y muchos se preguntan cuáles serán los próximos pasos para recuperar la confianza y el nivel competitivo que alguna vez caracterizó a este equipo.
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