Un Fandango Monumental para Recordar
La Alhóndiga de Granaditas en Guanajuato fue el escenario de una velada inolvidable, marcando el inicio de la 53 edición del Festival Internacional Cervantino (FIC). En la noche del 11 de octubre de 2025, un mosaico de música y emociones se desplegó en un evento titulado Fandango Monumental: fiesta de son y raíz, donde más de 80 niños y niñas de cuatro Semilleros Creativos participaron, resonando con la fuerza cultural del son jarocho.
A pesar del frío y unas cuantas gotas de lluvia, los asistentes demostraron un fervor inquebrantable, formando filas desde la tarde para vivir la experiencia musical. Este concierto destacó por su rica herencia cultural, interpretando temas emblemáticos como “El mundo se va a acabar” y “Adiós morena”, entre otros. La expectativa se palpaba en el aire, mientras los espectadores, muchos de ellos provenientes de Guanajuato y estados vecinos, se disponían a apreciar la riqueza artística que Veracruz trajo al Bajío.
El evento no solo se trató de música; fue un homenaje a la diversidad cultural y a las tradiciones mexicanas. La noche contó con la participación de agrupaciones como Mono Blanco, Caña Dulce y Ensamble de Arpas Andrés Huesca, que ofrecieron un espectáculo vibrante. Las presentaciones fusionaron poesía oral y marimbas, evocando paisajes y recuerdos de la tierra jarocha.
Roberto Rentería, del Sistema Nacional del Fomento Musical, resaltó la inclusión de niños de diversos semilleros de Veracruz, quienes interpretaron piezas en lenguas indigenas como totonaco y tenek. Esta representación subraya la importancia de conectar generaciones y estilos, generando una energía colectiva que fomenta la convivencia y la tradición.
Mauro Gutiérrez, destacado miembro de Mono Blanco, habló sobre la alegría que implica la participación en un evento de esta magnitud, mientras que Gilberto Gutiérrez profundizó en el significado del fandango como una fiesta musical que reúne a diferentes generaciones y estilos. “El fandango genera convivencia multigeneracional”, señaló, enfatizando su rol en la revitalización del son jarocho y la inclusión de nuevos talentos.
El recital, que reunía un amplio espectro de instrumentos y tradiciones, no solo celebró la música, sino que también fortaleció los lazos entre comunidades, aportando calidez y celebración a un patrimonio cultural que sigue vivo. En este encuentro, la esencia del son y el fandango resonó, dejando una huella imborrable en todos los asistentes y proyectando la rica herencia cultural de Veracruz en el corazón de Guanajuato.
Este evento, lleno de encanto y tradición, marcó un poderoso inicio al festival y ofrece un vistazo a la continuidad de las tradiciones que nos unen como nación.
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