La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) ha hecho un llamado de atención serio sobre el deterioro constante de la seguridad en el país. En un mensaje emitido tras concluir su Asamblea CXIX, los obispos han expresado su preocupación por el creciente clima de violencia que afecta a miles de familias. Esta situación contrasta marcadamente con los reportes oficiales que indican una reducción en los delitos de alto impacto, una discrepancia que ha generado un sentido de desconfianza en la sociedad.
Encabezado por monseñor Ramón Castro Castro, presidente de la CEM y obispo de Cuernavaca, el pronunciamiento subraya que las agresiones, intimidaciones y desapariciones son síntomas de una crisis más profunda que la que reflejan las estadísticas gubernamentales. Castro ha resaltado la impunidad como uno de los principales problemas que agobian a México. Comerciantes, transportistas y agricultores han denunciado un aumento en extorsiones y amenazas, lo que ha llevado a que muchas familias abandonen sus hogares.
Organizaciones como Causa en Común y el Observatorio de Desplazamiento Interno han registrado que en 2024 más de 10,000 personas se vieron forzadas a desplazarse debido a la violencia en un fenómeno que, según la CEM, sigue en aumento. Mientras tanto, el discurso oficial resalta logros económicos, un relato que contrasta con la realidad que enfrentan millones de hogares mexicanos, donde el costo de la canasta básica se incrementa y los salarios permanecen por debajo del umbral de supervivencia.
En este contexto, el papel de los jóvenes y los migrantes ha cobrado especial atención. Muchos jóvenes se encuentran sin alternativas educativas o laborales, convirtiéndolos en blancos fáciles para el reclutamiento forzado por parte del crimen organizado. Al mismo tiempo, las rutas migratorias del sur y norte de México se han convertido en zonas de alto riesgo, caracterizadas por secuestros y extorsiones.
La CEM también ha señalado la necesidad de reconstruir el tejido social en el país, enfatizando la importancia de colocar a la familia en el centro de las políticas públicas. Tal como ha afirmado monseñor Héctor Mario Pérez Villarreal, secretario general de la CEM, “México sigue buscando caminos de paz” a pesar de la adversidad.
Este panorama preocupante invita a la reflexión y acción tanto a nivel de política pública como en el seno de la comunidad, con el objetivo de enfrentar juntos los desafíos que amenazan la seguridad y el bienestar de la sociedad mexicana.
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