En un artículo publicado por El Diario, se habla sobre la vuelta a un Estado más intervencionista y la importancia de la política industrial en medio de la competición entre las potencias. En los últimos años, la globalización y la liberalización económica han hecho que el papel del Estado en la economía disminuyera. Sin embargo, la pandemia ha cambiado esta tendencia y ha llevado a muchos países a reforzar su intervención en la economía.
Esta mayor intervención del Estado puede tener consecuencias positivas, como la creación de empleo y la protección de ciertas industrias nacionales. Sin embargo, también puede ser perjudicial si se utiliza para favorecer a ciertas empresas en detrimento de otras o para mantener industrias poco eficientes o contaminantes. Por ello, es fundamental que la política industrial sea cuidadosamente planificada y ejecutada.
En este contexto, es importante destacar el papel que puede jugar la Unión Europea en la definición de una política industrial común para sus miembros. De esta forma, se podrían evitar las políticas nacionalistas y proteccionistas que podrían surgir en caso de una competición desigual entre las empresas de diferentes países europeos.
En conclusión, la vuelta a un Estado más intervencionista y la importancia de la política industrial en medio de la competición entre potencias pueden tener consecuencias diversas según su aplicación. Es importante que la política industrial sea cuidadosamente planificada y ejecutada para evitar perjudicar a ciertas empresas o industrias y proteger la economía nacional en su conjunto. Además, la Unión Europea tiene un papel fundamental en la definición de una política industrial común que promueva la competitividad y el desarrollo sostenible.
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