Construir un hogar propio es un sueño que persiste en millones de familias mexicanas, un anhelo que ahora enfrenta desafíos sin precedentes debido al aumento vertiginoso de los precios de los materiales de construcción. Este fenómeno, conocido como inflación, ha transformado la manera en la que se aborda la autoproducción de viviendas en el país.
Las estadísticas son inquietantes: en los últimos dos años, los materiales de construcción han mostrado incrementos de hasta un 35%, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) y la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC). En las colonias populares y zonas periféricas, donde más del 60% del parque habitacional de México está compuesto de viviendas autoproducidas, este aumento ha generado un impacto profundo y lamentable en las familias.
Muchos hogares, que antes podían ir construyendo poco a poco con ahorros, tandas o remesas, now enfrentan limitaciones severas en sus presupuestos. Don Tomás, un residente de Ecatepec, narra la frustración de su experiencia: “Antes comprábamos lo necesario para subir un piso en tres meses. Ahora, el dinero apenas alcanza para reforzar un muro”.
En un análisis más detallado, el Índice Nacional de Precios Productor (INPP) del Inegi señala que el cemento gris ha incrementado más del 18% desde 2022. La varilla y el acero para construcción han visto un aumento entre 15% y 25%, y el tabique rojo y block de concreto han registrado incrementos de hasta un 30%. En contraste, los salarios en la construcción informal apenas han crecido entre un 4 y 6% en el mismo periodo. Esta discrepancia crítica ha llevado a numerosos proyectos a estar detenidos, dejando muchas viviendas incompletas y afectando la calidad de vida, la seguridad estructural y la resistencia climática de estas casas.
En respuesta a esta crisis, empresas como Materiales San Cayetano Express han tomado la iniciativa de ir más allá de la simple venta de insumos. Con presencia en puntos estratégicos como Ecatepec y Pantitlán, su enfoque se centra en capacitar a los autoconstructores, proporcionando no solo materiales, sino también asesoría práctica. Oscar Montoya, gerente general de la empresa, explica que el objetivo va más allá de abastecer: “Ayudamos a optimizar presupuestos, elegir lo que realmente se necesita y evitar desperdicios”.
La compañía ofrece talleres gratuitos que instruyen sobre el uso y aplicación de productos, además de distribuir materiales que pueden reducir costos a mediano plazo, como tabique estructural y mezclas listas. Montoya destaca la importancia de la profesionalización en la autoconstrucción, enfatizando que “la vivienda que se construye con esfuerzo propio debe ser segura y duradera”, un objetivo que se logra a través de materiales adecuados y capacitación de calidad.
Este panorama revela un reto significativo, pero también una oportunidad de empoderar a las comunidades para que mantengan vivo el sueño de tener un hogar propio, a pesar de los obstáculos económicos. La resiliencia de las familias mexicanas en su búsqueda de un hogar seguro y confortable continúa siendo una historia digna de ser contada. Este artículo se fundamenta en información disponible hasta el 9 de agosto de 2025.
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