En el fascinante mundo de las tendencias de bienestar y sueño, un fenómeno resurgente está ganando adeptos: el método escandinavo del sueño. Aunque se ha vuelto popular recientemente, en agosto de 2025, este enfoque que propone dormir en cama matrimonial pero con edredones individuales tiene sus raíces firmemente plantadas en las costumbres de las regiones escandinavas y nórdicas desde hace ya varias décadas.
La ola de interés actual puede atribuirse a la influencer sueca Cecilia Blomdal, quien, a través de un video viral en TikTok, despertó la curiosidad de muchos sobre este hábito que promete mejorar la calidad del sueño. A medida que la conversación se intensifica en las redes sociales, también surge una alternativa contemporánea conocida como ‘dormir divorciado’, que involucra a parejas que optan por habitaciones separadas. Esta tendencia, lejos de considerarse un enfoque anticuado, ha sido adoptada por numerosos millennials que buscan soluciones prácticas para mejorar su descanso.
El método escandinavo se presenta como una vía intermedia que combina la cercanía de compartir cama con la comodidad de edredones individuales. La lógica detrás de esta práctica es clara: permite que cada persona en la pareja elija su propia sábana o manta, adaptándose a sus preferencias personales y evitando conflictos térmicos que pueden perturbar el sueño. Si la estética de tener dos edredones en una cama matrimonial parece extraña, muchos eligen ocultar esta peculiaridad bajo una colcha fina que se retira al momento de dormir, asegurando que la intimidad se mantenga intacta.
Según la opinión de expertos en sueño, como el doctor Neil Stanley, la calidad del sueño es fundamental para el bienestar diario, y este método ofrece una solución valiosa para parejas que sufren por compartir edredón. Christine Lapp, coach del sueño en SleepJunkie.com, ha estudiado los hábitos de co-sueño durante años y argumenta que, aunque compartir una manta puede parecer un símbolo de unión, lo que realmente fortalece a una pareja son los momentos de conexión durante el día, no el edredón en la noche.
Entre los beneficios que este método aporta, destacan la reducción de diferencias de temperatura, la minimización de perturbaciones causadas por los movimientos del compañero y una mejora en el bienestar mental. Dormir mal no solo afecta la calidad del sueño, sino que puede incrementar irritabilidad y tensiones en la relación.
Este fenómeno sugiere que, sin importa cuán radicales sean nuestras soluciones para el descanso, lo esencial radica en encontrar un equilibrio entre la cercanía emocional y la comodidad física. Mientras agosto de 2025 marca un repunte en el interés por técnicas de sueño innovadoras, es evidente que el método escandinavo del sueño ha llegado para quedarse, ofreciendo una alternativa viable para quienes buscan mejorar su calidad de descanso.
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