La trágica colisión entre un avión comercial y un helicóptero militar en Washington, ocurrida el 29 de enero, ha desvelado una serie de discrepancias alarmantes en los datos de altitud reportados por el helicóptero Sikorsky Black Hawk y sus instrumentos de navegación. Este accidente, que dejó un saldo de 67 vidas perdidas, ha llevado a la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) de Estados Unidos a realizar intensas audiencias para investigar las causas subyacentes.
Durante las audiencias, celebradas entre el miércoles y el viernes recientes, se presentaron análisis exhaustivos por parte de expertos y representantes de las distintas partes implicadas. Jennifer Homendy, directora de la NTSB, comentó que poco antes del impacto, el piloto del helicóptero reportó una altitud de 91 metros, mientras que su instructor indicó 121 metros. Dramáticamente, se reveló que en el momento del choque, el Black Hawk estaba a apenas 84 metros, aunque se subrayó que esta cifra no necesariamente reflejaba la altitud visible para la tripulación en sus instrumentos barométricos.
Además, se llevaron a cabo pruebas con otras tres unidades del Sikorsky Black Hawk pertenecientes al mismo batallón. Sorprendentemente, también mostraron inconsistencias en las lecturas de las altitudes comparadas con los altímetros de radar y barométricos. En condiciones controladas, las discrepancias estaban dentro de límites aceptables, pero durante el funcionamiento normal del helicóptero, los altímetros barométricos reportaban una altitud mucho más baja, generando tensiones entre el control real y lo que la tripulación percibía.
Marie Moler, una de las investigadoras presentes en las audiencias, destacó que la diferencia en las lecturas podía variar entre 24 a 40 metros, enfatizando que una discrepancia de 100 pies (aproximadamente 30 metros) es considerablemente preocupante. Su preocupación fue evidente cuando advirtió sobre la posibilidad de que la tripulación tuviera una percepción de altitud muy distinta a la realidad, un hallazgo que podría tener profundas implicaciones para la seguridad de las operaciones aéreas.
El desenlace de esta investigación resultará crucial no solo para comprender el fatal incidente, sino también para establecer protocolos que aseguren operaciones más seguras en el futuro. A medida que se revelan más detalles, la comunidad de aviación y la sociedad en general permanecen con la esperanza de que se extraigan lecciones valiosas que prevengan tragedias similares en el futuro.
La información presentada se basa en datos recopilados hasta la fecha de publicación original: 2025-08-01 21:19:00.
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