Un recluso ha fallecido en la prisión de Salamanca después de incendiar el colchón en su celda. Los hechos ocurrieron en la noche del martes al miércoles y fue necesaria la intervención de los bomberos para poder sofocar el fuego. El preso, según fuentes cercanas al caso, había protagonizado varios altercados en prisión y se encontraba en régimen de aislamiento por su comportamiento violento dentro del centro penitenciario.
El fallecido, de 32 años, llevaba en prisión desde 2022 cumpliendo condena por delitos contra el patrimonio. Al parecer, el joven tenía antecedentes penales y su comportamiento en la cárcel había sido problemático desde un principio.
Los servicios médicos de la prisión acudieron rápidamente al lugar del incendio pero no pudieron hacer nada por salvar la vida del recluso, que falleció por inhalación de humo. La Guardia Civil ha iniciado una investigación para esclarecer los hechos y determinar si se trató de un accidente o de un acto intencional.
La dirección del centro penitenciario ha emitido un comunicado lamentando lo sucedido y asegurando que se están llevando a cabo medidas para evitar que se produzcan este tipo de situaciones en el futuro. Además, han anunciado que se ofrecerá apoyo psicológico tanto al personal de la prisión como a los compañeros del fallecido.
Este trágico suceso vuelve a poner de manifiesto la difícil situación que se vive en los centros penitenciarios de nuestro país y la necesidad de implementar medidas que garanticen la seguridad tanto de los reclusos como del personal que trabaja en ellos. La sobrepoblación, el hacinamiento y la falta de recursos son problemas endémicos que deben ser abordados con seriedad y responsabilidad por parte de las autoridades competentes.
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