El reciente triunfo de Chivas en el Clásico Nacional ha generado una oleada de alegría entre sus seguidores, pero los festejos se han visto manchados por una alarmante situación que involucra a la familia de uno de sus futbolistas. Jacqueline Osuna, esposa del mediocampista Erick Gutiérrez, ha denunciado públicamente que ha recibido amenazas de muerte dirigidas a ella y a su hija.
A través de sus redes sociales, Jacqueline compartió un mensaje inquietante enviado por el usuario de Instagram @oscaryan07. El mensaje no solo incluía insultos hacia ella, sino también declaraciones violentas hacia su familia, lo que ha generado preocupación y rechazo en la comunidad deportiva. Entre las amenazas leídas, se destaca un comentario escalofriante: “Ojalá vea a tus hijas y las mate, y después a ti”, lo cual ha desatado una ola de indignación entre los aficionados.
El perfil del usuario que emitió estas amenazas es público, aunque está vacío de imágenes y publicaciones visibles, lo que ha dejado a muchos preguntándose sobre la identidad y las motivaciones detrás de tales actos. Hasta el momento, ni Erick Gutiérrez ni el Club Deportivo Guadalajara han ofrecido una respuesta a esta situación tan inquietante.
Esta denuncia ha resonado en el entorno deportivo, donde la violencia digital sigue siendo un tema preocupante y vigente. Los seguidores del futbol han manifestado su apoyo a la familia de Gutiérrez, enfatizando la necesidad de un cambio en la manera en que se interactúa en plataformas digitales, especialmente en un contexto tan pasional como el del futbol.
El incidente pone de relieve no solo la presión que enfrentan los deportistas y sus familias, sino también la urgente necesidad de abordar los problemas de acoso y amenazas en el mundo online. Este tipo de violencia, lamentablemente, no es un caso aislado, y subraya la responsabilidad colectiva de erradicarla para fomentar un ambiente más seguro y respetuoso tanto dentro como fuera del campo.
Es fundamental que se realice una reflexión sobre cómo el discurso de odio puede tener consecuencias tangibles y alarmantes, afectando la vida de aquellos que sólo buscan disfrutar de su pasión por el deporte. La comunidad debe unirse para rechazar tales comportamientos y proteger a quienes se encuentran en el ojo público.
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