En el marco del prestigioso México Riviera Maya Open en Mayakoba, Andrés Fassi, exdirectivo del Club Pachuca con una trayectoria de más de treinta años en el fútbol mexicano, ha alzado la voz. Con una mezcla de orgullo por el rendimiento de su hija María en el golf y frustración por la dirección del fútbol nacional, Fassi ha compartido una serie de observaciones que ponen de relieve problemas persistentes en este deporte.
Durante su intervención, no escondió su descontento, afirmando: “Me da mucha pena que México no aprenda”. Sus críticas se centran en errores recurrentes en la estructura del fútbol mexicano, indicando que el verdadero problema no radica únicamente en el retorno o eliminación del ascenso y descenso, sino en una “raíz podrida” que prioriza intereses personales en detrimento del desarrollo deportivo.
Fassi destacó que “siguen imperando los intereses personales sobre los intereses del fútbol”. Este patrón, según él, es perjudicial tanto para la liga como para la selección nacional y para millones de aficionados que continúan alimentando expectativas sobre un proyecto que, a su juicio, no existe. El exdirectivo hizo un llamado a la necesidad de un “cónclave urgente” donde directivos de todos los niveles participen en un diálogo sincero. Subrayó la profunda división entre los propietarios de clubes, tanto en la Primera División como en la Liga de Expansión, lo que ha frenado el progreso estructural.
En relación con la exclusión del Club León del Mundial de Clubes, Fassi fue claro: “Se faltó al espíritu deportivo. León ganó su lugar en la cancha y se lo quitaron en un escritorio. Eso es una barbaridad”. Criticó además el dominio que ejercen grandes televisoras como Televisa y TV Azteca, que, según él, influyen en decisiones cruciales basadas en intereses económicos, en lugar de en criterios deportivos. “Mientras los derechos de televisación sigan manejados por intereses de Televisa o TV Azteca, el fútbol mexicano seguirá hundido”, advirtió.
Fassi también se refirió a la salida del fútbol mexicano de torneos como la Copa Libertadores y Sudamericana, calificándolo de “error enorme” y cuestionando la priorización de la Leagues Cup, un torneo que “no ha pegado”. A pesar de los desafíos, se mostró optimista, afirmando que México tiene el potencial para ser una potencia mundial. “Tenemos talento, infraestructura, poder económico, clubes grandes… pero hasta que los señores de pantalón largo no se pongan de acuerdo, seguiremos igual 10 o 20 años más”, concluyó.
Finalmente, Fassi expresó su desencanto por la gestión de la selección nacional, alertando sobre la falta de un plan a largo plazo y lamentando que personalidades como Marcelo Bielsa no sean consideradas para el puesto, dado su carácter independiente. “No les conviene alguien como Bielsa porque no es un títere. Pero es justo lo que México necesita: alguien que organice desde la Sub-13 hasta la mayor”, enfatizó.
A través de su apasionado discurso, Fassi busca generar una reflexión sobre el estado actual del fútbol mexicano y sus posibilidades de elevarse a niveles de clase mundial, enfatizando la necesidad de una transformación que priorice el interés del juego sobre las agendas personales. Su análisis es un urgente recordatorio de que las telarañas que atrapan al fútbol mexicano deben ser deshechas para avanzar hacia un futuro prometedor.
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