En un contexto donde la violencia de género y los abusos se normalizan, surge la figura de “Las Argüenderas”, un grupo de mujeres decididas a cuidarse y protegerse mutuamente frente a los agresores, ya sean parejas, familiares o jefes. Este pacto de sororidad se transforma en un poderoso ejército de mujeres que se moviliza al unísono ante la solicitud de ayuda de alguna de ellas, un acto que envía un fuerte mensaje a los perpetradores: no están solas.
Este relato es parte de una obra reciente que combina elementos de fantasía, terror y ficción especulativa, y que aporta nuevas perspectivas sobre la construcción de un futuro más equitativo y justo. La autora, originaria de Ciudad de México, propone que los géneros como la ciencia ficción y el horror permiten explorar la realidad de maneras que el realismo tradicional no puede. Según sus palabras, estas narrativas imaginativas brindan “herramientas expresivas” para confrontar y asimilar la complejidad de la vida contemporánea.
El libro incluye cuentos como “Huir del siglo”, que narra la historia de monjas virreinales que desafían a la Santa Inquisición mediante la invención de una máquina en busca de cambiar el statu quo. Otro cuento, que da nombre al libro, presenta un México futurista donde el feminicidio ha desaparecido, abriendo un abanico de posibilidades sobre la convivencia social.
La autora enfatiza la importancia de narrar desde una perspectiva colectiva, donde grupos de personas se unen para resistir y buscar alternativas sociales más justas. Este enfoque contrasta con la idea individualista, que a menudo perpetúa la violencia y la desigualdad. A su juicio, las artes desempeñan un papel crucial en la construcción de un futuro más equitativo y humano.
Aunque los géneros como la ciencia ficción históricamente han sido dominados por hombres, la autora destaca la existencia de mujeres en estas narrativas, aunque su trabajo a menudo ha sido subestimado o ignorado. La referencia a Virginia Woolf y su famoso ensayo sobre la opresión de las mujeres en la literatura subraya esta lucha por la visibilidad y el reconocimiento.
En un momento en que las autoras comienzan a ganar terreno en el panorama literario, el apoyo de las lectoras resulta esencial para esta transformación. La autora menciona a figuras clave que han contribuido a realzar la importancia de las voces femeninas en la ciencia ficción, como Ursula K. Le Guin y Octavia Butler, quienes se convirtieron en pioneras de una narrativa que desafía las restricciones de género.
La literatura de mujeres no debe considerarse simplemente un subgénero, argumenta, sino como un espacio desde el que se crean narrativas únicas, que reflejan luchas y experiencias históricas distintas. Así, invitar a los lectores a explorar estas historias es fundamental para entender la riqueza y variedad de la literatura contemporánea.
Esta reflexión sobre las posibilidades de una realidad alternativa, narrada desde la experiencia colectiva y la resistencia, resuena profundamente en el contexto actual, donde la búsqueda de una sociedad más equitativa y segura sigue siendo un imperativo urgentemente necesario.
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