La representación de la maringuilla en las danzas de México ha encontrado un nuevo foco de atención en la exposición del fotógrafo y etnólogo Juan Rafael Coronel Rivera. Este artista, cuyo trabajo abarca una trayectoria de tres décadas, ha centrado su lente en la figura femenina que, históricamente, ha sido interpretada por hombres. La muestra, curada por Michel Blancsubé, presenta 55 imágenes impactantes que capturan la esencia y complejidad de este personaje dentro de las tradiciones danzantes de México.
La maringuilla, cuyo término proviene del idioma nahua, es un personaje emblemático, en ocasiones fársico y a menudo serio, que ha estado presente en diversas danzas, especialmente entre las comunidades indígenas. Coronel explica que su interés no radica simplemente en un enfoque antropológico o en la preservación de la figura, sino en explorar su dimensión estética y su papel disruptivo en los rituales, destacando su importancia en la cultura mexicana.
La idea de esta exposición nació a partir de sus primeras fotografías, que empezó a tomar en 1995. Desde entonces, Coronel ha documentado danzas en todo el país, notando que el personaje de la maringuilla está presente en múltiples manifestaciones artísticas. Para la selección final, el curador optó por muestras de danzas en estados como Puebla y San Luis Potosí.
El fotógrafo destaca que, a lo largo de la historia, las mujeres han sido excluidas de la danza en muchas culturas, lo que llevó a que los hombres asumieran esos roles. Este fenómeno no se limita a México; ha sido observado desde la antigua Grecia hasta el teatro isabelino. Coronel aclara que los intérpretes masculinos no solo se visten como mujeres, sino que se apropian del personaje, aportando una profundidad única a la representación.
A pesar de ser una figura menos visibilizada, la maringuilla es el hilo conductor de esta muestra, lo que permite a los visitantes ver su vitalidad a lo largo de 55 imágenes, las cuales subrayan su influencia en la ritualización de las danzas.
Desde su inicio, la participación de mujeres y niños en las comparsas ha evolucionado, aportando una diversidad visual significativa. Coronel menciona que en diferentes comunidades de Puebla, por ejemplo, la tradición se mantiene viva, especialmente durante las festividades, donde la afluencia de personas es notable.
En su relato sobre experiencias personales, Coronel recuerda un encuentro reciente en una fiesta de Xantolo en La Huasteca, donde tuvo la oportunidad de fotografiar a jóvenes en vestimenta tradicional. Este acceso, que refleja la diversidad cultural, es fundamental en un país donde diferentes civilizaciones y lenguas coexisten.
La exposición “Maringuilla” se presenta como una ventana al rico patrimonio cultural de México, ofreciendo una perspectiva de la danza que va más allá del folclore superficial, sumergiéndose en el valor de su historia y en las variaciones regionales. La muestra estará disponible hasta el 16 de agosto en la galería Patricia Conde, ubicada en la colonia San Miguel Chapultepec Primera Sección.
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