Francia ha intensificado su posición en el conflicto entre Israel y Palestina, pidiendo a Israel que reconsidere su proyecto de construcción de 3,400 viviendas en Cisjordania, un acto que es considerado por el gobierno francés como una “grave violación del derecho internacional”. Este pronunciamiento proviene del Ministerio francés de Relaciones Exteriores y subraya la creciente preocupación por la situación en esta región.
Desde 1967, Israel ha mantenido su ocupación sobre Cisjordania, donde más de tres millones de palestinos cohabitan con aproximadamente 500,000 israelíes que residen en colonias que la comunidad internacional, según su legislación, considera ilegales. Esta situación ha llevado a una creciente tensión y debate en el ámbito internacional.
El reciente proyecto de asentamiento, conocido como E1, está planificado para ejecutarse al este de Jerusalén y ha sido objeto de condena inmediata por parte de las autoridades francesas. Un portavoz del Ministerio condenó “con la mayor firmeza” la validación de esta iniciativa, advirtiendo que el mismo podría fragmentar aún más Cisjordania y poner en riesgo la viabilidad de la solución de dos Estados, que es vista como el camino hacia la paz y la seguridad tanto para israelíes como para palestinos.
La decisión de avanzar con este proyecto fue impulsada por Bezalel Smotrich, el ministro de Finanzas de Israel, quien ha manifestado el deseo de acelerar la construcción y de anexar este territorio. Esta postura ha generado un fuerte rechazo a nivel internacional, especialmente dado el contexto humanitario actual en la Franja de Gaza, que se encuentra en una grave crisis.
Francia, en respuesta, ha reiterado su compromiso de trabajar conjuntamente con sus socios europeos para aumentar la presión sobre Israel y buscar el cese de la colonización. Esto podría incluir la implementación de nuevas sanciones contra aquellos individuos y entidades responsables de llevar a cabo dichas acciones.
La situación en Cisjordania continúa siendo tensa y compleja, con implicaciones considerables no solo a nivel regional, sino también en el ámbito global. Francia, al tomar una postura activa, añade una capa de dinamismo que puede influir en el futuro de las relaciones internacionales en esta problemática. La comunidad internacional, observando de cerca estos acontecimientos, se enfrenta a la tarea de buscar una solución que garantice tanto la paz como la justicia para todos los implicados.
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