En una comunidad de la zona norte de la Ciudad de México, los residentes lidian con un problema constante: un fuerte olor a combustible que parece no tener fin. A pesar de las limpiezas y cierres del ducto que abastece la zona, el problema persiste, dejando a los residentes preocupados por su salud y seguridad.
Según los informes, el olor es causado por una fuga en el ducto de Pemex que abastece la zona. La primera ocurrencia fue a principios de este año y, desde entonces, se han realizado varios cierres y limpiezas para resolver el problema. Sin embargo, el olor persiste y los residentes están cada vez más frustrados.
La situación se ha vuelto más preocupante debido a los posibles efectos en la salud de los residentes. El combustible puede ser tóxico y respirar el humo del mismo puede causar problemas de salud a corto y largo plazo. Los residentes están preocupados por su bienestar y el de sus familias.
Las autoridades han prometido tomar medidas para resolver el problema, pero hasta ahora, parece que su esfuerzo ha caído en saco roto. Mientras tanto, los residentes de la zona continúan sufriendo las consecuencias de la fuga.
En conclusión, la fuga en el ducto de Pemex en la zona norte de la Ciudad de México sigue sin resolverse, dejando a los residentes preocupados por su salud y bienestar. A pesar de los esfuerzos de las autoridades para resolver el problema, el olor persiste y la comunidad exige una solución duradera. Es importante que se tomen medidas para garantizar la seguridad y salud de los residentes, ya que esto sigue siendo una preocupación para la comunidad.
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