La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, ha confirmado su participación en una reunión bilateral con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en el contexto de la cumbre del G7 que se celebrará en Kananaskis, Alberta, Canadá, del 15 al 17 de junio. Este encuentro es significativo no solo por la relevancia de ambos mandatarios, sino también por el momento que atraviesa la relación entre ambos países.
En un reciente evento público en Tlaxcala, Sheinbaum destacó su compromiso de “defender dignamente a las y los mexicanos, tanto de este lado como del otro lado de la frontera”. Sus palabras reflejan una postura firme y directa, resaltando la fortaleza que se encuentra en la unidad y el respeto mutuo. “Cuando estamos juntos somos más fuertes. Siempre con la frente en alto”, afirmó, apelando al carácter generoso y valiente del pueblo mexicano.
La presidenta enfatizó la importancia de establecer un diálogo constructivo, aunque insistió en que se llevará a cabo con la firmeza y convicciones que caracterizan a los mexicanos. Este enfoque busca no solo el bienestar bilateral, sino también la creación de acuerdos que beneficien a ambos pueblos.
El G7, compuesto por países industrializados como Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Reino Unido y Estados Unidos, junto con la Unión Europea, ha ampliado su participación este año al invitar a naciones como Brasil, India y México. La inclusión de México en esta cumbre es un testimonio del interés en fortalecer las relaciones internacionales en un contexto de creciente globalización.
Aunque la mandataria no brindó detalles específicos sobre los temas que se discutirán en su reunión con Trump, ya ha señalado que uno de los puntos críticos será el abordaje de las redadas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en Los Ángeles, donde se han registrado detenciones y deportaciones de ciudadanos mexicanos.
En paralelo, el presidente del PAN, Jorge Romero Herrera, ha solicitado que la reunión entre los líderes no se reduzca a un mero encuentro fotográfico, sino que genere compromisos concretos que beneficien a México. Entre sus demandas se incluyen la eliminación de aranceles, la cancelación de impuestos a remesas y garantias para frenar las redadas. “México necesita mostrar firmeza y exigir respeto en un ánimo de colaboración”, afirmó Romero.
La cumbre del G7 y la reunión bilateral coinciden en un momento donde la colaboración y el entendimiento son clave para abordar los desafíos comunes que enfrentan México y Estados Unidos, todo ello en un marco de respeto y dignidad hacia ambos pueblos. La importancia de este encuentro promete brindar no solo una oportunidad para el diálogo, sino también para la acción que salvaguarde los intereses mexicanos en el ámbito internacional.
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