Claudia Sheinbaum, presidenta de México, ha tomado una decisión que ha resonado en la comunidad gamer al retirar el impuesto propuesto a los videojuegos considerados violentos. Este impuesto, que iba a entrar en vigor el 1 de enero de 2026, contemplaba una tasa del 8% sobre los títulos físicos y digitales con contenido no apto para menores, como parte del Paquete Económico 2026. La medida tenía como objetivo desincentivar el consumo de este tipo de productos y, al mismo tiempo, recaudar fondos para combatir la violencia en el país.
Durante su conferencia matutina, Sheinbaum mencionó que la aplicación de tal gravamen resultaba inviable debido a la dificultad de distinguir entre videojuegos “violentos” y aquellos que no lo son. “¿Quién va a determinar esa circunstancia?”, preguntó, antes de afirmar que, tras considerar las complicaciones, se decidió mejor enfocarse en campañas educativas dirigidas a jóvenes sobre los peligros que pueden derivarse de ciertos tipos de juegos.
Esta iniciativa original buscaba equiparar a los videojuegos con otros productos como las bebidas azucaradas o el tabaco, que ya enfrentan impuestos elevados por su relación con problemas de salud y conducta. Sin embargo, el debate en torno a la efectividad de dicho impuesto y la justificación de vincular los videojuegos con el aumento de la violencia real ha suscitado fuertes opiniones. Críticas como la de la diputada Iraís Reyes han resaltado que no se puede culpar a los videojuegos de la delincuencia.
Con un mercado que supera los 2,300 millones de dólares y más de 76 millones de jugadores activos en 2024, México se posiciona como el líder en consumo de videojuegos en América Latina y el décimo en el mundo. La industria ha visto un crecimiento notable, con 67 empresas desarrolladoras surgidas en los últimos cinco años.
La discusión sobre la regulación de los videojuegos no es nueva en el país. En 2021, el presidente Andrés Manuel López Obrador presentó un decálogo para un uso responsable de los videojuegos, que incluía recomendaciones para prevenir riesgos como el contacto con desconocidos. Esta atención por parte del gobierno evidencia el creciente interés y la preocupación sobre el impacto de los videojuegos en la sociedad.
Con la eliminación del impuesto, el enfoque ahora se dirigirá hacia la promoción de la paz y la educación juvenil, abordando la compleja relación entre entretenimiento y comportamiento social, mientras se busca entender mejor el fenómeno cultural de los videojuegos en México.
Gracias por leer Columna Digital, puedes seguirnos en Facebook, Twitter, Instagram o visitar nuestra página oficial. No olvides comentar sobre este articulo directamente en la parte inferior de esta página, tu comentario es muy importante para nuestra área de redacción y nuestros lectores.


