Grupo Elektra se enfrenta a un desafío monumental al deber cubrir un adeudo fiscal cercano a los 2 mil millones de pesos. Este escenario es el resultado de un fallo del Décimo Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito, que resolvió en contra de la empresa tras un litigio que se remonta a 2012. La decisión, unánime entre los magistrados, concluye que Grupo Elektra omitió el pago del Impuesto Sobre la Renta (ISR) del ejercicio fiscal de ese año.
La empresa, bajo la propiedad de Ricardo Salinas Pliego, ha llevado a cabo una serie de disputas legales con el Servicio de Administración Tributaria (SAT) a lo largo de estos años. El reciente fallo no sólo confirma la obligación de pago, sino que también abre la puerta para que la empresa pueda impugnar la decisión ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
El litigio se originó hace cinco años, cuando Grupo Elektra comenzó a explorar vías legales para evitar las contribuciones reclamadas por el SAT. Uno de los intentos más recientes por parte de su equipo jurídico incluyó acusaciones de falta de imparcialidad dirigidas a los jueces en el caso. La controversia gira en torno a la operación de compra-venta de una empresa denominada Beta, adquirida por Grupo Elektra en 2009 y vendida en 2012. El SAT argumenta que esta transacción fue una maniobra para reducir la carga fiscal, ya que se alegaba que la empresa Beta no tenía operaciones reales.
La magistrada ponente, Ana María Ibarra, señaló que la empresa no generó ingresos ni tuvo activos, describiéndola como “una empresa hueca o de papel”. Según sus palabras, permitir la deducción de dicha venta equivaldría a una “disminución artificiosa de la base gravable”, lo que representa una afectación directa a los ingresos públicos y la estabilidad financiera del Estado.
En lo que va del año, Grupo Elektra ha presentado ocho litigios fiscales, que en conjunto suman un monto preliminar de 29 mil 805 millones de pesos, sin considerar actualizaciones ni sanciones adicionales. El crédito fiscal en cuestión comenzó con un cálculo del SAT de mil 603 millones de pesos, pero durante el proceso, este monto ha aumentado significativamente, alcanzando los 2 mil millones.
A pesar de esta serie de procesos legales en curso, Grupo Elektra ha afirmado que, fuera de los litigios fiscales, no existen otros conflictos judiciales que impacten de manera significativa sus operaciones o su situación financiera. Esta declaración sugiere una continuidad en sus actividades empresariales, a pesar de la presión fiscal que enfrenta.
La situación de Grupo Elektra plantea un importante debate sobre la responsabilidad fiscal de las grandes corporaciones y su impacto en el sector público, así como los mecanismos de control y regulación en el ámbito financiero en México. Este episodio refuerza la narrativa sobre la necesidad de una administración tributaria efectiva y la lucha contra la evasión fiscal en el país.
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