Guanajuato se convierte en epicentro cultural con el inicio del Festival Internacional Cervantino (FIC), que en su edición número 53 está a punto de desatar una explosión de arte y festividad en la capital del estado. A medida que la fecha inaugural se aproxima, la atmósfera de la ciudad se transforma: el bullicio de los preparativos y la interacción entre los habitantes crean un ambiente de expectación palpable.
La noche anterior al festival, las calles guanajuatenses reflejan un aire de anticipación, aunque algunos jóvenes exhiben un semblante serio, quizás fatigados, mientras otros parecen medir la inminente euforia que se desatará en breve. El ritmo de la ciudad, todavía sosegado, invita a los paseantes a disfrutar de su arquitectura rica y a saborear la esencia cultural de esta urbe de herencia minera.
En un rincón del templo de San Francisco, un joven lee inmerso en su libro, mientras la suave llovizna reverbera en el ambiente. Los bares, aún semivacíos, proyectan música vibrante, anticipando la llegada de las multitudes que vendrán a disfrutar de uno de los eventos más esperados del año. La Alhóndiga de Granaditas, símbolo emblemático del festival, albergará el concierto inaugural, atrayendo tanto a aficionados de la cultura como a jóvenes que encuentran en el Cervantino una excusa perfecta para celebrar entre amigos.
A medida que el festival se acerca, el frente del Teatro Juárez, otra de las joyas arquitectónicas de la ciudad, permanece en calma, aguardando a los amantes del arte que llenarán sus asientos en poco tiempo. La vida nocturna sigue ausente, pero ya se escuchan las melodías de las estudiantinas, que se preparan para ofrecer sus tradiciones y alegrar a los asistentes.
El día del comienzo del festival, el ambiente cambia drásticamente; las calles se llenan de turistas de diversas partes del mundo, cada uno trayendo su propio entusiasmo. Las aceras se ven invadidas por grupos que arrastran maletas, mientras las primeras sonrisas brillan entre los rostros jóvenes. Un hogar de Jalisco, que acaba de enterarse sobre el Cervantino, se muestra ansioso por disfrutar de la música y el arte en Guanajuato, donde su fin de semana largo se convertirá en una experiencia inolvidable.
Este festival no es simplemente un evento; es un encuentro de culturas, un despliegue de creatividad que promete dejar huella en todos los que se aventuran a explorar sus múltiples facetas entre el 10 y el 27 de octubre. Los guanajuatenses y visitantes por igual ya sienten el latido de la ciudad, que se alista para celebrar su legado cultural en un espacio donde la alegría y el arte convergen de manera espectacular.
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