El pasado viernes, Yamil Bukele, hermano del presidente de El Salvador, Nayib Bukele, asumió el cargo de presidente de la Federación de Fútbol del país (FESFUT). Este nombramiento, enmarcado en un proceso electoral donde fue el único candidato, busca transformar la estructura de la federación y optimizar el trabajo dentro de la organización deportiva salvadoreña.
Yamil Bukele, quien también dirige el Instituto Nacional de los Deportes (INDES), ocupará la presidencia de la FESFUT por un período de cuatro años, que concluirá en 2029. Su objetivo es claro: implementar mejoras en la gobernanza, realizar una evaluación exhaustiva de las finanzas de la federación y optimizar el rendimiento de las selecciones juveniles. Para ello, plantea una serie de cambios que incluyen la incorporación de tecnologías y el establecimiento de campamentos de entrenamiento en Estados Unidos.
En una conferencia de prensa tras su elección, Bukele comparó el proceso de transformación que busca con “el tractor que va arrastrando toda la arena en una construcción”, enfatizando la urgencia de avanzar y remodelar la estructura del fútbol en el país. “Todo un país que por más de 44 años ha aclamado que el fútbol en El Salvador debe de cambiar”, comentó, subrayando el compromiso que asume en esta nueva etapa.
A pesar de los desafíos, Yamil Bukele decidió mantener a Hernán Darío “Bolillo” Gómez como director técnico de la selección nacional, a pesar de que el equipo no logró clasificar para la Copa del Mundo de 2026. Es importante recordar que El Salvador no ha participado en un Mundial desde su última presencia en 1982, lo que añade una presión significativa sobre la nueva dirección de la FESFUT.
Es crucial entender el contexto político en el que se enmarca esta designación. Nayib Bukele, un presidente de 44 años que ha ganado popularidad entre los salvadoreños, ha enfrentado críticas por sus métodos y el posible uso de instituciones estatales para consolidar su poder. Varios de sus hermanos ocupan también roles relevantes en el gobierno sin haber sido oficialmente nombrados, lo que suscita cuestionamientos sobre la independencia de las instituciones.
La situación actual del fútbol salvadoreño, marcada por la necesidad de revitalización y cambio, así como el entorno político del país, ofrece un escenario complejo para el nuevo liderazgo. Con grandes expectativas de que el fútbol nacional recupere su brillo en el ámbito internacional, la gestión de Yamil Bukele será observada de cerca en los próximos años.
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