Erin se perfila como una amenaza inminente para la costa de Carolina del Norte, vista su fuerza como huracán de categoría 2, generando preocupación por las altas olas e inundaciones. Las autoridades han emitido órdenes de evacuación obligatorias, especialmente sensibles dado el reciente impacto del devastador huracán Helen en 2024. El estado ya declaró el estado de emergencia, anticipando que el mayor impacto se sentirá entre la noche del miércoles y el jueves.
El gobernador Josh Stein ha instado a los residentes a seguir las advertencias locales y a prepararse con maletas que contengan alimentos, agua y suministros para cinco días. Se ha establecido un dispositivo de respuesta con tres equipos de rescate acuático y la movilización de 200 tropas de la Guardia Nacional equipadas con botes y vehículos.
Según el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC), Erin se encontraba a 560 kilómetros del sureste de Carolina del Norte, con vientos que alcanzan los 175 km/h y la posibilidad de que su intensidad aumente en el transcurso de las próximas horas. En la región de Outer Banks, que ya se enfrenta a desafíos de erosión y aumento del nivel del mar, se prevé que las olas alcancen hasta 6 metros.
Las advertencias no se limitan a Carolina del Norte, ya que una amplia franja de la costa este, desde Carolina del Norte hasta el sur de Virginia y Bermuda, está bajo vigilancia por posibles tormentas. Las islas de Ocracoke y Hatteras han sido objeto de evacuaciones obligatorias, y los condados de Dare y Hyde han declarado emergencias locales.
La temporada de huracanes en el Atlántico, que se extiende del 1 de junio al 30 de noviembre, ha tenido un inicio relativamente tranquilo, con solo cuatro tormentas nombradas hasta la fecha de publicación original (2025-08-20 13:33:00). Sin embargo, la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA) sigue analizando una temporada que podría ser “por encima de lo normal”.
Los científicos han señalado que el cambio climático está intensificando los ciclones tropicales. Océanos más cálidos suelen generar vientos más fuertes; además, una atmósfera más caliente produce lluvias más intensas, y el aumento del nivel del mar está incrementando la fuerza de las tormentas. Aunque con cometarios menos definitivos, también hay indicios de que el cambio climático podría estar incrementando la frecuencia de estos fenómenos.
Carolina del Norte se encuentra en la antesala de un posible evento catastrófico. La preparación y la atención a las recomendaciones de las autoridades son cruciales para salvaguardar la vida y la propiedad en estas horas críticas. La amenaza de Erin debe tomarse con la seriedad que requiere, y la comunidad se une en un esfuerzo por enfrentar esta adversidad con determinación y esperanza.
Gracias por leer Columna Digital, puedes seguirnos en Facebook, Twitter, Instagram o visitar nuestra página oficial. No olvides comentar sobre este articulo directamente en la parte inferior de esta página, tu comentario es muy importante para nuestra área de redacción y nuestros lectores.