Publicado el 19 de agosto de 2025 a las 12:04 CEST, un evento monumental ha tenido lugar en Suecia: la emblemática Iglesia de Kiruna, con sus 113 años de historia, está siendo trasladada para evitar que el avance de la minería afecte su estructura. Este innovador esfuerzo, llevado a cabo por las autoridades de la ciudad situada a 200 kilómetros del Círculo Polar Ártico, forma parte de un proyecto mayor de reubicación, que lleva en marcha desde 2004.
La decisión de trasladar Kiruna se fue perfilando ante la amenaza que representa una mina de hierro local, en explotación desde 1910, la cual ha comenzado a causar grietas en edificios y carreteras. Esta situación ha llevado a las autoridades a actuar, ya que la legislación sueca prohíbe cualquier actividad minera debajo de instalaciones habitadas. Hasta la fecha, alrededor de 25 edificios han sido reubicados, pero el esfuerzo para mover la iglesia, de 40 metros de ancho y 672 toneladas, requirió de adaptaciones significativas en la infraestructura local, incluyendo el ensanchamiento de una carretera de 9 a 24 metros.
Este monumental traslado, que se prevé dure aproximadamente 12 horas, es supervisado por un conductor especializado que guía la estructura a una velocidad de entre 0,5 y 1,5 kilómetros por hora. No es simplemente un traslado; se ha convertido en un espectáculo mediático, con la participación del rey Carlos XVI Gustavo de Suecia y una actuación destinada a cautivar al público.
Sin embargo, no todos apoyan esta reubicación. Algunas voces, como la de Lars-Marcus Kuhmunen, presidente de una organización de pastores de renos sami de la región, expresan sus preocupaciones sobre el impacto que la nueva mina podría tener en las rutas migratorias de los renos, poniendo en riesgo el sustento de estas comunidades.
Históricamente, la iglesia ha sido valorada por los suecos, quienes la votaron como el “mejor edificio construido antes de 1950” en una encuesta del Ministerio de Cultura. Diseñada en un estilo que emula la cultura sami y ubicada en una colina para ofrecer una vista panorámica de Kiruna, la iglesia se ha ganado un lugar en el corazón de la comunidad.
La operación de traslado, que apoya la empresa minera LKAB, se estima costará más de 10.000 millones de coronas suecas, aproximadamente 898 millones de euros. Este esfuerzo no solo resalta la importancia arquitectónica y cultural de la iglesia, sino que también refleja la complejidad de equilibrar desarrollo industrial con la preservación de la herencia cultural y medioambiental.
A medida que el traslado avanza, el enfoque de Kiruna se encuentra en el cruce de la historia y el progreso, marcando un precedente en la relación entre la minería y la preservación del patrimonio cultural.
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