La influencia de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) en los mercados financieros es innegable y, aunque pueda parecer exagerado, sus declaraciones pueden mover capitales con gran facilidad. Recientemente, se han presentado dos eventos relevantes que han impactado el mercado de dinero en México: la decisión de política monetaria de la Fed y la publicación de cifras de crecimiento de la economía estadounidense, nuestro principal socio comercial.
En la última reunión del Comité de Mercado Abierto de la Fed, se decidió mantener la tasa de referencia de fondos federales sin cambios, en un contexto de espera para evaluar los efectos de la nueva política comercial sobre el consumo y la economía estadounidense. El presidente Jerome Powell utilizó un tono moderado en sus explicaciones, lo que contribuyó a calmar la volatilidad en los mercados globales.
A la vez, se reveló que el Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos creció un 3.0% en el segundo trimestre del año. Si bien este dato es positivo, se observa una disminución en la inversión privada y un debilitamiento en la generación de empleo desde mayo a julio. Las cifras de empleo para mayo y junio fueron revisadas a la baja, con solo 33,000 y 73,000 nuevos puestos de trabajo generados respectivamente, cifras que están por debajo de las expectativas del mercado.
Es importante señalar que, aunque el crecimiento del PIB es alentador, la inversión privada experimentó una caída del 15.6% trimestral durante el segundo trimestre. Estos factores pueden llevar a la Fed a ajustar la tasa de referencia en su próxima reunión. Análisis de mercado, a través del CME FedWatch, sugieren que hay un 80% de probabilidad de un recorte de 25 puntos base en septiembre y un 20% de probabilidad de que la tasa permanezca sin cambios.
El impacto de este ajuste podría ser significativo: una reducción en la tasa de interés podría disminuir el rendimiento de los bonos del Tesoro y fortalecer al dólar, lo que potencialmente debilitaría al peso mexicano. Esto implicaría una mayor tasa de cambio entre ambas monedas, afectando negativamente las importaciones y elevando la inflación en México.
En un contexto de interconexión global, anticipar el comportamiento de las tasas de interés y el tipo de cambio resulta complejo. Los cambios en Estados Unidos resuenan en los mercados de bienes y servicios, así como en los activos financieros a nivel mundial.
Por lo tanto, se prevé que el Banco de México mantenga su tasa de referencia en un nivel del 8.0% en su próxima reunión del 25 de septiembre. Sin embargo, las decisiones de política monetaria consideran no solo las variables financieras, sino también el impacto de factores económicos y políticas públicas sobre los precios en México.
La proyección de crecimiento para la economía mexicana es moderada, con un estimado de crecimiento entre el 0.20% y el 0.30% para este año, mientras que se anticipa que la inflación se mantenga por encima del 4.0%. Además, la tasa de cambio podría superar los 19 pesos por dólar, cerrando el año potencialmente cerca de 20 pesos.
En este entorno, las empresas deben evaluar cómo protegerse ante estos movimientos. Afortunadamente, existen instrumentos financieros de cobertura de riesgo como futuros y derivados. Estas herramientas permiten mitigar la exposición a cambios bruscos en el mercado de divisas y en la tendencia de las tasas de interés. Las operaciones de coberturas en México se realizan en el Mercado Mexicano de Derivados (MexDer), siendo un banco o casa de bolsa el primer contacto para acceder a tales instrumentos.
Atender estas variables no es cuestión menor; conocer cómo las decisiones de la Fed pueden impactar la trayectoria de tu negocio es crucial en la planificación y proyección del crecimiento de tu empresa.
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