Svetlana Tijanovskaya, exiliada y figura clave en la oposición bielorrusa, ha compartido su perspectiva sobre la situación crítica en Bielorrusia, en el contexto de la reciente reunión de socialistas europeos en Ámsterdam. Su mensaje es claro: el régimen de Alexander Lukashenko, a pesar de su aparente control, está en una posición de fragilidad. Tijanovskaya, quien reside en Vilna (Lituania) tras la liberación de su esposo, que estuvo encarcelado durante cinco años, sostiene que es fundamental estar preparados para un momento propicio para unas elecciones libres y justas.
La situación actual en Bielorrusia es alarmante. Tijanovskaya informa que miles de presos políticos permanecen encarcelados, muchos de ellos por oponerse a la guerra en Ucrania o por manifestar su descontento con el régimen de Lukashenko. Los medios de comunicación y las organizaciones no gubernamentales han sido prácticamente destruidos, y la población vive bajo una represión total. Sin embargo, a pesar de esta opresión, ella destaca la resistencia del pueblo bielorruso, que continúa organizando movimientos clandestinos y realizando actos de sabotaje.
Al desafiar las expectativas, Tijanovskaya sugiere que el cambio podría no ser tan distante como muchos imaginan. Aunque es incierto cuándo se darán las condiciones para un cambio real, ella evoca la imagen de un Lukashenko debilitado, cuyo régimen sirve a los intereses de Putin pero que enfrenta resistencia incluso dentro de sus propias filas. Funcionario tras funcionario comparte información crucial con la oposición, revelando cómo el régimen se beneficia de la guerra y la miseria ajena.
La conversación también se vuelve más amplia cuando se trata del papel de Rusia en la región. Tijanovskaya afirma que Putin busca restaurar un imperio en la antigua esfera soviética, este regreso a la hegemonía es una amenaza no solo para Ucrania, sino también para Europa. A medida que la situación se intensifica, surge la posibilidad de que los conflictos en la región se expandan, un desarrollo que la comunidad internacional no puede permitirse ignorar.
El papel de Lukashenko en la guerra es también fundamental. Aunque su ejército no participa activamente, su colaboración en los ataques contra Ucrania como títere de Putin es evidente. Tijanovskaya advierte que el líder bielorruso permitirá la utilización de su territorio en cualquier confrontación que sea convocada por su aliado ruso.
Por último, Tijanovskaya menciona la figura de Donald Trump, reconociendo su papel como mediador en las libertades democráticas y su esfuerzo por abogar por la liberación de los presos políticos en Bielorrusia. Este reconocimiento resalta la importancia de la diplomacia internacional en la búsqueda de soluciones a los conflictos modernos.
En resumen, la voz de Tijanovskaya resuena no solo como un llamado a la movilización y a la esperanza en sus compatriotas, sino también como un recordatorio de la fragilidad de la democracia en tiempos de dictadura y conflicto. Su declaración en Ámsterdam se torna un faro para aquellos que aún luchan por la libertad en Bielorrusia, mientras el mundo observa con cautela.
Actualización: los datos corresponden a la situación de Bielorrusia a partir del 22 de octubre de 2025.
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