Como no podía ser de otra manera, Inglaterra es la favorita de las casas de apuestas (o al menos, de las casas de apuestas inglesas) para ganar la Eurocopa. Su victoria se paga 4/1, por delante de Francia (5/1), Bélgica (13/2) y España (7/1). Cabeza del Grupo D, jugará su primer partido el domingo 13 ante Croacia, el segundo el viernes 18 ante el eterno rival, Escocia, y el tercero el martes 22 ante la República Checa. Todos ellos, en el estadio de Wembley, al igual que los octavos de final (si gana el grupo) y, eventualmente, las semifinales y la final.
Frente a esas dudas está la realidad de Mason Mount y de Reece James, que llevaron al Chelsea a una inesperada victoria frente al Manchester City en la final de la Champions, y cuya imagen, bromeando y charlando sentados en el círculo central del estadio Do Dragao, en Oporto, junto al lateral izquierdo Ben Chilwell, es quizás una buena parábola del optimismo, el relajo y la confianza con que Inglaterra afronta esta Euro. Mount y James no son los únicos cachorros con futuro. Phil Foden, derrotado en Oporto, genera unas expectativas extraordinarias. Los dos emigrantes alemanes, Jadon Sancho y Jude Bellingham, estrellas en el Borussia Dortmund, no están en el equipo titular de las quinielas pero la Euro es muy larga y la flexibilidad con los cambios les dará minutos. Como al brillante Bukayo Saka, el único jugador que aporta a la selección inglesa el muy apagado Arsenal.
El optimismo inglés se explica por cuatro razones: porque se suelen creer favoritos antes de una fase final, porque juegan en casa (como en el Mundial de 1966, el único galardón de su escuálido palmarés, pero también como en la Eurocopa de 1996, en la que perdieron las semifinales en los penaltis frente a Alemania…), porque confían en los goles de Harry Kane y porque disponen de la mejor generación de jugadores jóvenes en mucho tiempo. Sin embargo, los veteranos del equipo o bien son irregulares (como el portero Jordan Pickford y el central John Stones), o salen de lesiones largas (como el central Harry Maguire y el centrocampista Jordan Henderson) o han acabado la temporada en una peligrosa baja forma (como los nada viejos pero expertos Raheem Sterling y Marcus Rashford).