Agricultura es una industria sedienta que consume aproximadamente el 70% de toda el agua dulce utilizada en el mundo, llegando incluso a más del 90% en países como India o Chile. En este último país, el problema se torna crítico, tal como expresa Mario Bustamante, un residente que ha sido testigo de esta creciente preocupación. “La falta de agua es un gran problema aquí”, afirma Bustamante.
Bustamante se encuentra apostando por el potencial de la inteligencia artificial (IA) para reducir el uso de agua en las explotaciones agrícolas a nivel global. Su startup, Instacrops, nació con el objetivo de instalar sensores de internet de las cosas (IoT) en los campos, alertando a los agricultores sobre condiciones climáticas adversas, como la helada. Sin embargo, ante la creciente disponibilidad de hardware y la necesidad de innovar, la empresa pivotó hacia el desarrollo de software enfocado en el uso eficiente del agua.
Hoy en día, Instacrops ayuda a 260 granjas a disminuir su consumo de agua hasta en un 30%, al tiempo que logran incrementar el rendimiento de sus cultivos hasta en un 20%. Esta startup forma parte del programa Startup Battlefield y presentará sus avances en el TechCrunch Disrupt que se celebrará este mes en San Francisco.
El giro hacia la inteligencia artificial ha permitido a Instacrops operar con un equipo reducido, mientras procesa volúmenes de datos exponencialmente superiores. “Estamos procesando alrededor de 15 millones de puntos de datos por hora. Hace casi una década, esa cifra correspondía a lo que procesábamos en un año”, revela Bustamante. “Estamos disminuyendo costos, reduciendo el número de personal y generando un mayor impacto con menos recursos”.
Instacrops puede instalar nuevos sensores IoT o conectarse a redes ya existentes en las granjas, recopilando datos para asesorar sobre el mejor momento para irrigar distintas áreas. Sus modelos de lenguaje grande (LLM) analizan más de 80 parámetros, que incluyen la humedad del suelo, la temperatura, la presión, el rendimiento de los cultivos y el índice de vegetación diferencial normalizado (NDVI), una métrica de productividad agrícola obtenida a partir de imágenes satelitales.
Las recomendaciones se envían directamente a los teléfonos móviles de los agricultores. Además, Instacrops ofrece una aplicación de chatbot y se integra con WhatsApp, una herramienta que Bustamante considera universalmente accesible para los agricultores. “Creo que en el próximo año seremos 100% WhatsApp”, asegura.
En explotaciones más avanzadas, Instacrops tiene la capacidad de controlar directamente los sistemas de riego. El enfoque de la startup se centra en los cultivos de alto valor en América Latina, como manzanas, aguacates, arándanos, almendras y cerezas. Los agricultores pagan una tarifa anual por hectárea de terreno para acceder a las valiosas perspectivas sobre riego que ofrece la startup.
Instacrops fue parte de la generación de verano de 2021 de Y Combinator y ha recibido inversiones de SVG Ventures y Genesis Ventures. Si quieres conocer más sobre Instacrops y otros innovadores en el ámbito tecnológico, no te pierdas el evento TechCrunch Disrupt que tendrá lugar del 27 al 29 de octubre en San Francisco.
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