Las inundaciones en la Ciudad de México (CDMX), como las ocurridas el 2 de mayo, son un fenómeno recurrente que genera un impacto económico y social significativo cada año. Según el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), en 2023 se reportaron eventos naturales con daños y pérdidas que ascenderían a 88,910 millones de pesos, de los cuales un asombroso 98.1% correspondió a desastres de origen hidrometeorológico.
Entre 2002 y 2016, los eventos hidrometeorológicos causaron pérdidas en la capital que superaron los 1,163 millones de pesos, afectando a aproximadamente 67,000 habitantes y dañando más de 12,000 viviendas. Además de los daños materiales, las inundaciones generan caos vial y complican los traslados de los capitalinos; se han reportado, recientemente, caídas de árboles y encharcamientos que han impactado hospitales, líneas del Sistema de Transporte Metro y vías principales.
Este fenómeno, que se ha vuelto un reto estructural, demandará atención urgente en áreas de planeación urbana, gestión ambiental e inversión pública, tal como se destaca en el análisis de la asociación México Previene A.C., titulado “CDMX en riesgo: desastres naturales y resiliencia”.
La geografía de la capital, situada sobre un antiguo lago y con un sistema de drenaje que se ha vuelto insuficiente, la hace particularmente susceptible a lluvias intensas. De acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), la ciudad recibe anualmente alrededor de 600 millones de metros cúbicos de agua pluvial. Durante la temporada de lluvias —que se extiende de junio a septiembre—, se concentra el 76% de la precipitación anual. Las zonas más afectadas suelen ser las alcaldías de Miguel Hidalgo, Álvaro Obregón, Cuajimalpa y el norte de Tlalpan.
Pese a la previsibilidad del fenómeno, las causas continúan sin ser abordadas de manera efectiva. México Previene A.C. indica que el hundimiento del suelo, el deterioro de la red de drenaje, la carencia de mantenimiento, la falta de aprovechamiento de aguas pluviales y la acumulación de basura son factores que agravan la situación.
En el contexto de estas preocupaciones, el gobierno de la CDMX anunció, en mayo, una inversión de 1,570 millones de pesos para fortalecer el sistema de drenaje y combatir las lluvias durante 2025, distribuidos en 570 millones para la sustitución de redes de drenaje y 1,000 millones para adquirir equipamiento.
Más allá de las pérdidas económicas directas, las inundaciones representan un riesgo para la seguridad y la calidad de vida de muchas personas. Las viviendas afectadas suelen estar localizadas en áreas con infraestructura urbana deficiente, exacerbando la vulnerabilidad de las comunidades más desfavorecidas.
Se ha enfatizado que la gestión de riesgos debe integrarse en la planificación del desarrollo, especialmente en ciudades como la Ciudad de México, para mitigar los efectos negativos de los desastres naturales. Con un compromiso colectivo, se pueden salvar vidas y proteger bienes.
Con el fin de reducir los impactos de las inundaciones, se sugieren diversas acciones, entre las que se incluyen:
- Inversión en infraestructura pluvial moderna y rehabilitación del drenaje.
- Implementación de sistemas de captación de agua de lluvia en áreas críticas.
- Campañas de concientización ciudadana y recolección de basura efectivas.
- Fortalecimiento de programas de monitoreo y alerta temprana durante la temporada de lluvias.
Estas acciones, en conjunto, permitirían que la Ciudad de México aborde el problema de las inundaciones como un desafío que se puede prevenir en lugar de una crisis recurrente. La fecha de publicación de esta información es del 4 de junio de 2025, por lo que es recomendable verificar si han surgido nuevas actualizaciones sobre el tema.
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