Brasil se encuentra en medio de una transformación económica impulsada por el creciente interés de los inversores chinos, especialmente en un contexto mundial marcado por tensiones comerciales. Ante la hostilidad del expresidente estadounidense Donald Trump hacia ambos países, el acercamiento entre Brasil y China se ha intensificado, lo que podría estar detrás de los elevados aranceles estadounidenses impuestos a Brasil. Este fenómeno, según los analistas, podría fortalecer aún más la inversión china en el país sudamericano.
En el primer semestre de 2025, China hizo una destacada inversión de 379 millones de dólares en Brasil, una cifra que supera todo el monto anual registrado desde 2018. Estos datos, proporcionados por el Banco Central de Brasil, reflejan un crecimiento significativo en las inversiones de capital, que incluyen flujos de capital extranjero destinados a la compra o expansión de empresas brasileñas, excluyendo la reinversión de beneficios por parte de las propias compañías.
De enero a junio de 2025, China se posicionó como el décimo mayor inversor en Brasil según esta métrica, marcando el mejor desempeño del país desde que se comenzó a documentar esta información en 2001. Aunque Estados Unidos sigue liderando las inversiones, es importante notar que por delante de China se encuentran países que a menudo actúan como centros de operaciones para empresas chinas, como los Países Bajos, así como paraísos fiscales tradicionales como Luxemburgo, Panamá y las Islas Vírgenes Británicas.
Stephen O’Sullivan, del departamento de Derecho Corporativo y Fusiones y Adquisiciones de Mattos Filho, destaca que las cifras oficiales pueden no reflejar completamente la actividad de las empresas chinas en Brasil, ya que muchas veces la inversión no proviene directamente de China. Un ejemplo de esto se observa en una transacción reciente en la que un grupo chino participó, aunque el accionista directo estaba basado en los Países Bajos.
O’Sullivan enfatiza que si bien es complicado tener una visión completa solo con los números disponibles, es evidente que la demanda de inversiones chinas ha crecido notablemente. Su firma ha asesorado a una cementera china en la adquisición de una de las canteras más grandes de Brasil, así como a la empresa china ganadora en la subasta petrolera federal de junio.
La información presentada se corresponde con los datos disponibles hasta el 4 de agosto de 2025 y revela un panorama en evolución que podría tener implicaciones significativas para la economía brasileña y su relación con las potencias globales. La creciente actividad de inversión china en Brasil es solo un capítulo en la narrativa de la economía global, donde las dinámicas de poder continúan reconfigurándose.
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