La ministra de Cultura francesa, Rachida Dati, se encuentra en el ojo del huracán tras un allanamiento en su domicilio en París, llevado a cabo por la policía en el marco de una investigación por corrupción vinculada a su período como eurodiputada. Estos eventos se desarrollan en un contexto delicado, ya que Dati se encuentra en plena campaña como candidata conservadora a la alcaldía de París, con las elecciones programadas para marzo de 2026.
La Fiscalía Nacional Financiera ha señalado que la justicia sospecha que Dati recibió 350 mil dólares del gigante energético GDF Suez, suma que no fue declarada ante el Parlamento Europeo, un requisito vital para evitar posibles conflictos de interés. Este no es el primer rosario de problemas legales para la política de 60 años, quien ya enfrenta un juicio en septiembre relacionado con corrupción y tráfico de influencias en un caso que involucra al ex líder de Renault-Nissan, Carlos Ghosn.
Durante la incursión, las autoridades también registraron la alcaldía del VII distrito de París, que Dati lidera, así como las instalaciones del Ministerio de Cultura. Un reportaje de la televisión pública France 2 ha revelado que los fondos de GDF Suez fueron gestionados mediante el despacho de abogados STC Partners antes de ser transferidos a las cuentas personales de Dati entre 2010 y 2011. La gravedad de las acusaciones ha llevado a la Fiscalía a investigar a fondo este escándalo que podría tener implicaciones de gran alcance.
En respuesta a estas acusaciones, Dati ha calificado los señalamientos de “difamatorios”, insistiendo en que la justicia ya había revisado los documentos relacionados con el caso Ghosn. En una declaración realizada en radio Europe 1, enfatizó la claridad de su situación financiera y negó haber recibido remuneración por parte de GDF Suez. Sin embargo, según el mismo reportaje, la justicia aún no ha incautado ni analizado los documentos contables de STC Partners, lo que añade un nuevo nivel de complejidad y sospecha a la trama.
Además, en septiembre, la justicia anunció una nueva línea de investigación contra Dati debido a la omisión de algunas joyas en su declaración patrimonial, un requisito que todos los funcionarios deben cumplir al asumir un cargo público. Estos desarrollos plantean serias dudas sobre la integridad de una figura pública que, en medio de su carrera política, se enfrenta a múltiples flancos judiciales.
Mientras Dati navega por estas turbulencias legales, el futuro político de una de las figuras más prominentes de la cultura francesa permanece en suspenso. Con las elecciones a la vista, las implicaciones de este caso podrían repercutir no solo en su carrera, sino también en el panorama político del país. La situación sigue evolucionando, y todos los ojos estarán puestos en las decisiones que tome la justicia en los próximos meses.
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