Sopla un viento de galerna desde el mar de Irlanda y la primavera se suspende de pronto cuando los jugadores del Liverpool saltan al campo de entrenamiento de Kirkby dando voces que suenan a gritos prehistóricos, propios de una banda de cazadores nómadas, no de muchachos bien criados, y en medio de la montonera destaca la figura negra de Jürgen Klopp.
Embutido en una parca talar rellena de plumas, el entrenador alemán que ha sucedido a Bill Shankly en el imaginario colectivo del fútbol británico, se dispone a dirigir la cuarta final de Champions de su carrera desde 2013. Su mirada parece serena cuando tras la práctica se sienta frente a la multitud de periodistas y observa al interlocutor que le pregunta: “¿Ha tenido tiempo de repasar en estos días los partidos que han llevado al Real Madrid a esta final? ¿Qué le dicen sus analistas de un equipo que parece remontar de la nada? ¿Cómo simula entrenamientos contra un equipo así?”.
![[post_title]](https://columnadigital.com/wp-content/uploads/2025/10/Donde-y-cuando-seguir-en-directo-120x86.jpg)
![[post_title]](https://columnadigital.com/wp-content/uploads/2025/10/UFC-321-Rivales-Frente-a-Frente-en-Conferencia-120x86.jpeg)
“Si analizáramos los últimos diez minutos de los partidos que jugaron en el Bernabéu estaríamos ante un equipo invencible”, dice Klopp. “¡Si fuera por eso no tendríamos ninguna posibilidad! Pero estos partidos fueron mucho más largos que esos diez minutos. Los partidos se alargaron y cuando los partidos se alargan sin que tú los cierres, contra el Madrid debes estar preparado porque es natural que intenten remontar. Esto no es un milagro. Si miras la eliminatoria de octavos con el PSG, yo diría que no fue el Madrid el que se preparó durante 180 minutos para dejar una puerta abierta a esa remontada, sino que fue el PSG el que dejó una puerta abierta a que esa remontada se produjera”.
“Una cosa es cierta”, prosiguió: “Los jugadores de este Madrid tienen tres o cuatro Champions ganadas. No hay otro equipo con más experiencia en esta competición. Sabían exactamente cómo abordar las eliminatorias. En la final que jugamos en 2018 gozaron de una ventaja masiva sobre nosotros. Desde entonces nosotros hemos ganado mucha experiencia también. Pero cuando los ves tienen muchísima confianza. Juegan tan relajados, tan tranquilos, el modo en que construyen desde atrás, con gran nivel, sin complicarse la vida nunca, encuentran a los jugadores adecuados en los lugares adecuados. Y arriba generan diferentes oportunidades: con velocidad desde los extremos, con agresividad y flexibilidad en Benzema… Si les dejas, en dos o tres ataques te pueden vencer de forma espectacular. No veo desesperación en ellos. Tenemos que tener claro que son capaces de hacer cosas especiales”.
“¡No están aquí por magia!”
Más conmovido por esta cuestión que por ninguna otra en la conferencia de prensa celebrada este miércoles, el técnico del Liverpool se dejó llevar por sus pensamientos sin aparentar impostura. “A la hora de analizarlos, debo asegurarme de que mis chicos sepan lo buenos que son. Si les dejamos hacer, harán esto, esto y esto… Para evitarlo, debemos hacer esto, esto, y esto… Su talento para matar los partidos en los últimos minutos, y no me refiero a sus condiciones para meter goles, son muy especiales. ¡No están aquí por magia! Se merecen estar aquí por condiciones objetivas. Nos tenemos que enfocar en nosotros mismos: con todo el respeto por Ancelotti y por el Madrid. Pueden remontar en los diez minutos finales o en los dos minutos finales como hicieron con el City. Pero gracias a dios tenemos 88 minutos para llevar el partido en la dirección correcta antes de que eso suceda”.
Klopp se detuvo a examinar dos cuestiones. Primero, la situación de Thiago Alcántara, su centrocampista más clarividente, que sufre una inflamación en el tendón de Aquiles. “Tiene posibilidades de jugar la final”, dijo. “Al acabar la última jornada de Premier yo era más pesimista. Pero se entrenará esta tarde sobre el campo, y esperamos que se entrene con el grupo por la mañana del jueves. ¡Veremos que pasa!”.
El entrenador alemán, de 54 años, reservó palabras de cariño para su homólogo madridista. “Carlo es un modelo”, dijo. “Es uno de los entrenadores más exitosos que he enfrentado y uno de los mejores tipos que te puedes encontrar en este mundo. Es una compañía fantástica. Es pura experiencia. Ganó todo en donde fue y eso hay que respetarlo”.
Gracias por leer Columna Digital, puedes seguirnos en Facebook y Twitter, o visitar nuestra pagina oficial.
La nota precedente contiene información del siguiente origen y de nuestra área de redacción.
