La vida llena de lujos y excesos de Cristian Fernando Gutiérrez, conocido como el Guacho, ha llegado a un abrupto final. Este yerno del poderoso narcotraficante Nemesio Oseguera Cervantes, apodado El Mencho, ha sido sentenciado en Estados Unidos a 11 años y ocho meses de prisión por lavado de dinero. La jueza Beryl A. Howell dictó este fallo tras encontrar culpable a Gutiérrez solo por uno de los múltiples cargos que enfrentaba.
El Guacho, hombre de confianza y pieza clave en el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), fue atrapado en una red que lo vinculaba directamente con el narcotráfico y el manejo de las ganancias ilícitas de este grupo criminal. Los fiscales describieron cómo, en su papel, transportaba y transfería fondos en Estados Unidos provenientes de actividades delictivas.
Durante el juicio, Gutiérrez, de 38 años, mostró arrepentimiento, afirmando ante la juez que no volvería a cometer “un error así en su vida”. Sus problemas legales no se limitaban a este caso, ya que también enfrentaba un cargo pendiente por tráfico de drogas, que finalmente fue desestimado.
Fue un año atrás que autoridades estadounidenses capturaron al Guacho en Riverside, California. Antes de ser detenido, había logrado escapar de las autoridades tras fingir su propia muerte, un artimaña que había sido orquestada por su suegro, El Mencho. Según informes, este rumor de su asesinato facilitó que Gutiérrez se mudara a Estados Unidos, donde disfrutó de una nueva vida en una mansión valorada en 1,2 millones de dólares junto a Laisha Michell Oseguera, la hija del líder del CJNG.
A lo largo de una década, Gutiérrez se había convertido en un miembro destacado de la cúpula del cartel, involucrado en actos violentos, como el secuestro de dos marinos mexicanos en represalia por la captura de Rosalinda González Valencia, su suegra. La condena reciente no solo marca un hito en su vida, sino que también supone un golpe significativo a las esferas más altas del CJNG y a la familia de El Mencho.
La vida del Guacho, una vez marcada por el lujo y el poder, ahora quedará definida por una larga condena en prisión, mientras se reducen los influyentes lazos familiares que mantenían el cartel en la cima del narcotráfico en México. Esta sentencia representa un capítulo más en la interminable lucha contra las organizaciones criminales en la región.
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