La contracampaña 2024

Por Carlos Aguilera Rue

Este 2024 que termina en Morelos se vivió una elección histórica que puso a la primera mujer como gobernadora; llenó al Congreso Local de morenistas; llevó a Cuauhtémoc Blanco y al Wero Mercado a atrincherarse al Congreso de la Unión y  logró reelegir el alcalde saliente de Cuernavaca, José Luis Uriostegui Salgado, a pesar de sus limitaciones.

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Los resultados de la jornada electoral fueron sorprendentes, llevando a Margarita González Saravia al palacio de gobierno de Morelos y dejando atrás a la candidata favorita de Mario Delgado, entonces dirigente de Morena.

Ese pretexto de que Lucy Meza fue bajada de la candidatura de Morena porque el fiscal Uriel Carmona Gándara le levantó la mano fue mentira; Cuauhtémoc Blanco Bravo pidió a las más altas esferas políticas del país que la quitarán como aspirante, lo que la hizo enfurecer y renunciar al partido con todas las consecuencias que esto arrojaría.

Lo anterior provocó el enfrentamiento entre el diminuto gobernador de Morelos y Lucy Meza, quien señaló durante sus campaña las grandes omisiones, desvíos y demás delitos cometidos por el ex futbolista y su gabinete. E iniciaron las campañas negras que vistieron a todo el proceso electoral de calumnias e injurias, denostando a todas y a todos.

Todo esto debido a que la oriunda de Cuautla, tenía los números suficientes para ganarle a cualquiera de sus contrincantes. Durante la campaña 2024 se llevaron a cabo las más miserables y terribles campañas negras que generaron un clima de zozobra e incertidumbre. A Lucy Meza la traicionó su primer círculo de confianza. Le mintieron y le robaron, haciéndole creer que todo estaba a su favor.

Cada día que transcurría en la campaña de Lucy Meza parecía más alejada de su estructura orgánica debido al trabajo de dos personas: Su particular y su sobrina quienes operaron desde los sótanos para simular resultados. Su particular creo a través de las redes sociales una contención de campañas negras en contra de sus opositores e inclusive en agravio de los propios integrantes de su equipo, exhibiendo, difamando y viralizando historias para generar votos en contra y desprestigiando el trabajo de otros.

A Lucy Meza se le traicionó; se le mintió y le construyeron “castillos en el aire”, que la llevaron a pensar, a pesar del grupúsculo de partidos políticos que la representaban, que iba a ganar. Simplemente la utilizaron.

La alianza de Lucy Meza con partidos de oposición solo sirvió para que seudo líderes como Jonathan Márquez, del Revolucionario Institucional y Jorge Prado del PRD se lucieran. Los “jóvenes” políticos no garantizaron ni un voto a la candidata; al contrario los terribles antecedentes de sus partidos políticos generaron desconfianza e inseguridad entre el electorado.

Lucy Meza fue alejada del pueblo y de sus estructuras por su particular y su sobrina. Prepotentes, cínicos y despiadados decían con quién reunirla y hasta quien se podía acercar a la abanderada. Ellos construyeron un muro gigantesco para cubrir sus fechorías.  Fechorías que podrían salir a relucir en cualquier momento.