La temporada de teatro de 2025 ha dejado una huella indeleble en el panorama cultural mexicano, concentrándose en temas vitales como la búsqueda de identidad y la visibilidad de los pueblos originarios, así como la lucha contra la violencia machista y los reclamos de justicia. Durante este año, los amantes del teatro tuvieron la oportunidad de disfrutar de representaciones de alta calidad en el reconocido Festival Internacional Cervantino (FIC), además del notable desempeño de Teatro UNAM y la Muestra Nacional de Teatro.
La Compañía Nacional de Teatro (CNT) abrió su temporada con la obra Baño de Uñas, escrita por José Agustín, un autor destacado por su humor ácido. Esta obra, dirigida por Valeria Fabbri, se sitúa en el 6 de julio de 1988, el día de la “caída del sistema” electoral en México. Durante un encuentro entre dos parejas de amigos, se desata un bacanal que rápidamente se transforma en un caos, donde la superstición juega un papel inesperado. La sala Héctor Mendoza albergó estas risas y tragedias, interpretadas por un elenco estelar que incluyó a Georgina Arriola y Estefanía Norato.
Mientras tanto, el arte dramático también abordó cuestiones sociales de relevante actualidad, como se evidencia en El invencible verano de Liliana, basado en la novela de Cristina Rivera Garza, quien recibió el Premio Pulitzer en 2024. La historia, que narra el feminicidio de su hermana, fue interpretada por Cecilia Suárez, quien ofreció su primer monólogo en esta emotiva puesta en escena realizada en Madrid.
A su vez, el dramaturgo Luis de Tavira presentó su libro El espectáculo invisible, una reflexión profunda sobre el arte dramático que compila más de 40 años de su experiencia en el escenario. El texto, dividido en tres secciones, ofrece aforismos sobre la realidad y la actuación, más como una confesión de inquietudes que como una guía convencional.
La Muestra Nacional de Teatro, celebrada en Cancún del 6 al 15 de noviembre, reunió a medio millar de creadores y presentó 29 montajes, subrayando la importancia de atraer a las nuevas generaciones hacia las artes escénicas. Durante el evento, se realizaron también mesas de dramaturgia contemporánea y se discutieron temas sobre autores indígenas y editores.
Una de las pérdidas más significativas del año fue el fallecimiento de Bob Wilson, uno de los arquitectos del teatro moderno, quien falleció el 31 de julio a los 83 años. Su legado se caracteriza por su uso magistral del silencio y la atmósfera, influyendo en generaciones de creadores.
En el ámbito internacional, la agrupación Fura dels Baus fascinó al público con Carmina Burana, una interpretación que fusiona surrealismo y circo, convirtiéndose en una experiencia inolvidable. Asimismo, el director argentino Pompeyo Audivert impactó con su versión unipersonal de MacBeth, donde los objetos, la escenografía y los personajes interactúan de manera singular.
La labor de los pueblos originarios en el teatro también se destacó, especialmente por iniciativas como el Laboratorio de Teatro Campesino e Indígena, que busca formar actores en la región maya a través de un trabajo sostenido y sistemático.
Con el mundo del teatro agitado y vibrante, 2025 marcó un año de reflexión, innovación y, sobre todo, de un fuerte llamado a la justicia social a través del arte. Esta dinámica cultural continúa evolucionando y, con ella, la esperanza de que el teatro siga siendo un vehículo de cambio y voz para quienes más lo necesitan.
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