La flaqueza del dólar fortalece el peso.

El peso mexicano sigue sorprendiéndonos al alcanzar un nuevo hito esta semana, cotizando por debajo de las 18 unidades por dólar, su mejor nivel desde julio de 2024. Este “superpeso” se ha fortalecido considerablemente, marcando una apreciación del 13% en lo que va del año, lo que lo posiciona como la quinta moneda más apreciada frente al dólar.

El impulso reciente del peso puede atribuirse en parte al recorte de 25 puntos base en la tasa de interés por parte del Banco de México, que ahora se sitúa en un 7%. A pesar de esta reducción, el atractivo del peso radica en el amplio diferencial de tasas con respecto a otras economías avanzadas, como Estados Unidos, donde la Reserva Federal tiene su tasa en un rango de entre el 3,5% y el 3,75%. Esto ha facilitado el carry trade, una estrategia de inversión que consiste en tomar préstamos a tasas bajas para comprar activos en mercados con rendimientos más altos.

El panorama se torna más esperanzador a medida que el año avanza. Después de un inicio marcado por incertidumbres y tensiones comerciales, especialmente debido a las provocaciones del gobierno estadounidense, el peso comenzó a recuperarse a partir de la segunda mitad de abril, alcanzando niveles que parecían inalcanzables. Los analistas esperan que esta tendencia se mantenga, pronosticando que el tipo de cambio podría cerrar el 2025 en 18,15 pesos por dólar, con expectativas de que este comportamiento se prolongue hasta 2026, donde se estima que podría estabilizarse en 19 pesos por dólar.

El dólar, por su parte, ha registrado una tendencia a la baja, afectado por preocupaciones sobre la sostenibilidad de la economía estadounidense, el aumento de su deuda y la incertidumbre en el comercio internacional. Esta situación ha llevado a muchos inversionistas a buscar refugio en activos más seguros y a considerar las monedas emergentes, como el peso mexicano, como una opción viable.

A medida que se resuelven las tensiones comerciales entre México y Estados Unidos, y con un entorno económico global más favorable, el peso se beneficia de estas dinámicas, con un consenso creciente entre analistas sobre un cierre del año fuerte. La combinación de un posicionamiento comercial ventajoso y una búsqueda de activos de valor por parte de los inversionistas podría mantener esta tendencia positiva. Sin embargo, la pregunta que persiste es: ¿hasta cuándo podrá sostenerse esta ola de buenaventura para el peso mexicano? La respuesta se dibuja en un escenario de volatilidad y oportunidades, donde el futuro fiscal de Estados Unidos y sus decisiones monetarias también jugarán un papel crucial.

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