La fortuna favorece a los listos: Marian Rojas Estapé

En un mundo donde el éxito parece ser alcanzado por algunos con facilidad, a menudo nos sorprendemos y lamentamos la falta de la “suerte” que esos individuos parecen poseer. Sin embargo, la suerte no es un regalo divino, sino el resultado de acciones y preparaciones previas. Marian Rojas Estapé, una destacada psiquiatra, sostiene que “la suerte favorece a la mente preparada”, lo que resalta la importancia de estar listos tanto mental como técnicamente para las oportunidades que se presente.

Cuando no estamos equipados con habilidades apropiadas o la preparación mental necesaria, esas oportunidades pueden desvanecerse sin que nos demos cuenta. Esta idea se torna crucial en un contexto donde las circunstancias externas cambian constantemente y el estrés actúa como un obstáculo significativo.

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Durante el evento México Siglo XXI 2025, organizado por Fundación Telmex Telcel, Rojas enfatizó que la vida moderna está marcada por el cortisol, la hormona del estrés que, aunque vital para la supervivencia, también puede nublar nuestra capacidad de ver oportunidades. En momentos de tensión, un alto nivel de cortisol puede llevarnos a un estado constante de alerta que impide el funcionamiento óptimo de nuestra mente, bloqueando la corteza prefrontal, la zona que nos ayuda a evaluar y tomar decisiones claras. Se estima que “el 90% de las cosas que nos preocupan nunca van a suceder”, pero las preocupaciones que sí tenemos impactan negativamente en nuestra salud, bienestar y capacidad de concentración.

La gestión de la mente juega un papel fundamental para el desarrollo personal. Rojas sostiene que la forma en que enfrentamos la incertidumbre tiene un impacto importante en nuestros futuros eventos. Por ejemplo, si al salir a la calle solo pensamos en peligros, estamos creando un ciclo negativo que puede reducir nuestra capacidad de atraer cosas buenas. De esta manera, la preparación y la disposición a reconocer oportunidades son esenciales para el crecimiento personal y profesional.

Con el avance de la tecnología y el uso constante de redes sociales, también enfrentamos una “intoxicación de dopamina”, que distorsiona nuestra percepción de nosotros mismos y del entorno. La autora sugiere que es vital reconocer nuestras emociones y los factores que elevan nuestros niveles de cortisol y dopamina. Actividades sencillas como hacer deporte, pintar o compartir tiempo con amigos pueden ser excelentes maneras de equilibrar estos niveles.

Es fundamental desarrollar una actitud compasiva hacia nosotros mismos. Por ejemplo, en una entrevista de trabajo, es crucial tener confianza y reconocer nuestras habilidades, evitando un diálogo interno que dicte nuestra inadecuación. En lugar de pensar que no se nos contratará por no cumplir un estándar perfecto, es mejor tratarnos con amabilidad y reconocer nuestras fortalezas.

Este enfoque integral podría ser la clave para transformar la “suerte” en una realidad tangible, donde la preparación, la gestión emocional y la autoconfianza se unifican para lograr metas significativas en un entorno cada vez más desafiante.

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