Ceremonia Conmemorativa de Tenochtitlan: Un Homenaje a la Herencia Indígena
El Zócalo de la Ciudad de México se convirtió en un escenario de reflexión y celebración, al conmemorarse los 700 años de la fundación de México-Tenochtitlan. En un evento que reunió a figuras clave del gobierno y a miles de asistentes, la presidenta del país, Claudia Sheinbaum Pardo, resaltó la importancia de reconocer la deuda histórica con los pueblos indígenas. Sus palabras resonaron en un llamado a la dignidad y al reconocimiento de la identidad nacional, donde enfatizó que “no puede haber democracia si se excluye la voz de quienes llevan siglos resistiendo”.
La presidenta abordó los efectos de la discriminación sistemática que han vivido las mujeres indígenas, una herencia dolorosa que aún pervive en la cultura nacional. “No solo se les negó el poder político o económico, sino el derecho a hablar su lengua y a ser reconocidas”, afirmó. Sheinbaum remarcó que la estructura colonial no desapareció con la Independencia. Persiste en actitudes de racismo y exclusión, afectando a millones de mexicanos hasta el presente.
Durante la ceremonia, se develó un memorial en honor a Tenochtitlan, coronado con una imagen emblemática: el Teocalli de la Guerra Sagrada. Este monolito prehispánico simboliza un legado que perdura en el tiempo, desde la resistencia de los pueblos indígenas hasta la riqueza cultural que define a México. Y aunque la antigua ciudad no se encuentra físicamente, su esencia vive en cada rincón de la cultura mexicana.
El evento no se limitó a discursos; también ofreció un espectáculo memorable en el que más de 800 integrantes del Ejército representaron la fundación de Tenochtitlan a través de música, danza y efectos visuales. A través de esta representación, se narró el épico viaje de los mexicas desde la mítica Aztlán hasta el islote donde se estableció su gran ciudad.
El contexto de este recordatorio histórico se ve realzado por las voces de diversos funcionarios presentes, incluido el nuevo director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), quien subrayó la importancia de redescubrir la identidad a través de la historia. En un desafío a las nociones tradicionales, se argumentó que “no hay una historia de bronce inamovible”, lo que destaca la necesidad de revisitar y discutir el pasado para entender el presente.
En este sentido, el escritor e historiador Paco Ignacio Taibo II también se unió a la conversación, enfatizando que la celebración no está exenta de controversias. La fecha de la fundación, ya sea 1321 o 1325, es menos relevante que el reconocimiento del arduo esfuerzo social que permitió la creación de esta extraordinaria ciudad.
La celebración de los 700 años de Tenochtitlan es más que un mero acto conmemorativo; es una invitación a todos los mexicanos a redescubrir la riqueza de su herencia indígena y a forjar un futuro en donde cada voz, cada cultura y cada historia cuenten. Este evento está destinado a perdurar en la memoria colectiva como un símbolo de resistencia, orgullo y grandeza cultural que sigue vivo en nuestra identidad nacional.
La cobertura de esta ceremonia resuena significativamente en un contexto que busca no solo recordar el pasado, sino también construir un presente más inclusivo y representativo. La riqueza cultural que emana de Tenochtitlan sigue vigente, y su legado es un faro que guía el camino hacia la reconciliación y el reconocimiento de la diversidad que caracteriza a México.
Gracias por leer Columna Digital, puedes seguirnos en Facebook, Twitter, Instagram o visitar nuestra página oficial. No olvides comentar sobre este articulo directamente en la parte inferior de esta página, tu comentario es muy importante para nuestra área de redacción y nuestros lectores.