El pasado 24 de diciembre de 2025, se llevó a cabo un evento que ha generado gran preocupación en México: la captura de Yoel Alter, líder de la secta ultraortodoxa conocida como Lev Tahor. Este grupo, que ha sido acusado de ser responsable de delitos graves como abuso infantil, trata de personas y matrimonios forzados, fue arrestado en Guatemala antes de ser deportado a México. Alter, un rumano de 35 años, ya ha sido vinculado a proceso por la Fiscalía General de la República (FGR).
La secta Lev Tahor, comúnmente apodada los “talibanes judíos” debido a su estricto código de vestimenta que obliga a las mujeres a cubrirse de pies a cabeza, fue fundada en Israel durante la década de 1980. A lo largo de los años, sus miembros han cruzado fronteras, estableciéndose en países como Canadá, Guatemala, Colombia y México, a menudo dejando un rastro de escándalos y denuncias de delitos graves.
Chiapas ha sido identificada como la principal zona de operación de Lev Tahor en México. Después de ser expulsados de varios países, los integrantes de la secta encontraron un nuevo hogar en este estado mexicano bajo el liderazgo de Alter. La tendencia a concertar matrimonios entre jóvenes, a menudo desde tan temprana edad como 12 o 13 años, y entre primos, ha suscitado un alto nivel de alarma entre las autoridades y la sociedad civil.
Los datos indican que la secta cuenta con entre 200 y 500 integrantes, lo que complica la labor de coordinación entre las instituciones responsables de la protección de menores en los países donde se establecen. En una notable operación conjunta en Colombia en noviembre de 2025, se detuvieron a ocho adultos y se rescataron a 17 menores, cinco de ellos con alerta amarilla de Interpol, lo que subraya la urgencia del problema.
La historia de Lev Tahor no es reciente en el ámbito legal; su fundador, Shlomo Helbrans, fue arrestado en 1993 en Nueva York por el secuestro de un adolescente. A pesar de haber cumplido dos años de prisión, el legado de su secta parece seguir generando controversias.
Con la captura de Yoel Alter, las autoridades esperan desmantelar las operaciones de este grupo que ha evadido la justicia durante demasiado tiempo. La situación resalta la necesidad urgente de medidas de protección para los menores y el seguimiento adecuado de prácticas abusivas que se enmarcan en interpretaciones extremas del judaísmo ultraortodoxo. Es un llamado a la reflexión sobre cómo las estructuras sociales internas de grupos como Lev Tahor pueden desdibujar los límites entre religión y derechos humanos.
El futuro de Lev Tahor en México ahora dependerá de las decisiones judiciales que se tomen a partir de este momento crucial. La implicación de Alter en delitos graves reafirma la seriedad del asunto y la atención que deberá continuar recibiendo para prevenir más abusos.
Gracias por leer Columna Digital, puedes seguirnos en Facebook, Twitter, Instagram o visitar nuestra página oficial. No olvides comentar sobre este articulo directamente en la parte inferior de esta página, tu comentario es muy importante para nuestra área de redacción y nuestros lectores.


