El All-Star Game de 2025, celebrado en el Truist Park, marcó un hito en la Major League Baseball (MLB) al implementar un nuevo formato para definir al campeón. La Liga Nacional (NL) emergió triunfadora tras un emocionante empate 6-6 durante las nueve entradas, resolviendo el juego con un desempate extraordinario que culminó 4-3, gracias a una destacada actuación de Kyle Schwarber, quien conectó tres jonrones.
Desde el inicio, la NL tomó la delantera en la primera entrada. Paul Skenes brilló en el montículo, ponchando a Gleyber Torres y Riley Greene, mientras que Shohei Ohtani y Ronald Acuña Jr. lograron sencillos ante el pitcher Tarik Skubal, llevando a Ketel Marte a producir las primeras carreras con un doble que se deslizó pegado a la línea de foul.
Los lanzadores dominaron el juego hasta la cuarta entrada, en la que la Liga Americana (AL) dejó corredores en las esquinas al no poder capitalizar ante el pitcher David Paterson. La NL continuó amplificando su ventaja en la sexta entrada, sumando cuatro carreras, destacándose un jonrón de tres carreras de Pete Alonso, seguido por un cuadrangular de Corbin Carroll, quien hizo historia al convertirse en el primer jugador de los Arizona Diamondbacks en conectar un home run en el evento.
La respuesta de la AL llegó en la séptima entrada gracias a los toletes mexicanos. Alejandro Kirk abrió con un sencillo y Adrián Morejón obtuvo una base por bolas para Jonathan Aranda. Brent Rooker, como bateador emergente, rompió el silencio ofensivo de la AL con un cuadrangular que redujo la desventaja a 6-3. Bobby Witt Jr. sumó una carrera más con una rola de sacrificio tras el robo de base de Maikel García.
Durante el homenaje a Hank Aaron, la NL intentó aumentar su ventaja en la octava entrada, pero la falta de efectividad permitió que dos hombres quedaran en base. Ranger Suárez tomó el montículo para cerrar el juego, aunque la AL complicó la situación. Una sólida línea de Witt Jr. llevó a la AL a anotar su quinta carrera, y Edwin Díaz ingresó para intentar gestionar el final del encuentro. Sin embargo, la presión resultó en el empate a seis carreras, gracias a un imparable de Steven Kwan.
Por primera vez en la historia del All-Star Game, el partido se definió en una ronda de bateo para establecer al ganador. Cada equipo usó a tres jugadores, y el objetivo era lograr el mayor número de home runs en tres intentos cada uno. La AL vio a Brent Rooker conectar dos, mientras que Randy Arozarena sumó uno, aunque Jonathan Aranda no pudo aportar. La NL, en contraposición, contó con una actuación estelar de Kyle Schwarber, quien logró tres home runs, lo que llevó a la Liga Nacional a conseguir la victoria en este histórico encuentro.
Esta edición del All-Star Game no solo fue un espectáculo de destrezas beisboleras, sino también un homenaje significativo a la leyenda Hank Aaron, quien rompió el récord de home runs de Babe Ruth hace más de cuatro décadas, un recordatorio del legado perdurable de grandes jugadores en la historia del béisbol.
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