Las festividades son momentos para compartir tradiciones, pero el fenómeno de las tendencias contemporáneas plantea preguntas interesantes sobre su representación cultural. Una reciente discusión en redes sociales, especialmente tras un video en TikTok, sostiene que los altares del Día de Muertos en México están adoptando estéticas minimalistas en tonos blancos y beige con el objetivo de “blanquear” la imagen del país. Esta afirmación ha generado un amplio debate, donde pintoresco y crítico, se ha ahondado en la complejidad social, cultural y arquitectónica que envuelve estas ofrendas.
Manu Castillo, conocido en el ámbito digital como Manu Styling, explica que la cuestión de los altares, que son una tradición profundamente arraigada en la cultura mexicana, se puede abordar desde dos perspectivas principales: la hegemonía estética y el gusto personal. Lo que está en juego es un diálogo entre lo que se considera bonito en redes sociales y el significado cultural que tradiciones como el Día de Muertos representan.
En diferentes regiones de México, los altares reaccionan a esta variabilidad estética. En lugar de los tradicionales colores vibrantes como el naranja y el morado que se asocian a menudo con estas ofrendas, estados como Puebla presentan altares adornados en tonos blancos y azules, reflejando una diversidad cultural significativa en la decoración.
Además, Castillo destaca la influencia de la película Coco en la popularización de la tradición, no solo en México, sino a nivel internacional. Este fenómeno ha llevado a una expansión de la práctica de levantar ofrendas en lugares donde antes no era tan común. Sin embargo, esta difusión plantea preocupaciones sobre la autenticidad de las representaciones de la tradición en contextos extranjeros.
Más allá de las diferencias estéticas, surgen inquietudes sobre la comercialización de la tradición. Muchas decoraciones, vendidas en tiendas, a menudo carecen de autenticidad y pueden llevar a una banalización del significado detrás de la ofrenda. Castillo enfatiza que lo que debería ser un homenaje profundo a nuestros seres queridos puede verse desprovisto de su esencia si se reduce a meras modas estéticas.
Finalmente, aunque es fundamental entender que los altares son también una expresión personal y una oportunidad para reflejar el estilo de vida contemporáneo, es crucial recordar que el Día de Muertos es una tradición milenaria. Esta celebración no solo conecta a las personas con sus seres queridos que han partido, sino que también resalta un folclor rico que merece ser transmitido con respeto y autenticidad a futuras generaciones.
Este complejo fenómeno nos invita a reflexionar sobre cómo las influencias contemporáneas pueden transformar nuestras tradiciones, destacando la importancia de balancear la evolución estética con el respeto absoluto hacia el legado cultural que nos une.
Gracias por leer Columna Digital, puedes seguirnos en Facebook, Twitter, Instagram o visitar nuestra página oficial. No olvides comentar sobre este articulo directamente en la parte inferior de esta página, tu comentario es muy importante para nuestra área de redacción y nuestros lectores.