La primera cumbre de la OTAN ha colocado a China en la lista de principales desafíos junto al tradicional rival que era Rusia. La Alianza, además, ha establecido una nueva línea de defensa contra el riesgo de ciberataques.
Los 30 aliados occidentales entran así en una nueva etapa marcada por el impulso del nuevo presidente de EE UU. Por la necesidad de afrontar un escenario geoestratégico muy inestable y plagado de amenazas híbridas que van más allá de la estrategia militar tradicional.
La reunión celebrada en la sede de la OTAN en Bruselas ha permitido visualizar el compromiso de la nueva Administración estadounidense.
La cita de este lunes, en cambio, ha sido la ocasión para un reencuentro transatlántico basado en la buena sintonía y con un ambiente de “primer día de colegio”, según el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, por tratarse de una de las primeras citas con presencia física desde el inicio de la pandemia.














