La poesía es la calma reencontrada.

María Guadalupe Langenscheidt, reconocida pintora y escritora, ha decidido compartir su historia en un momento significativo: justo a sus 80 años, cumplidos el 13 de noviembre de 2025. Su reciente libro de memorias, Privilegios y conflictos: Historias de una vida, editado por Booktique Art Book & Publishing, se presenta no solo como un testimonio personal, sino como un legado íntimo para su familia y una contribución al tejido social de México.

Langenscheidt, con un linaje que entrelaza su vida familiar con episodios clave de la historia mexicana, revela cómo su historia, marcada por la dualidad de privilegios y conflictos, puede ser de interés para una amplia audiencia. De ascendencia alemana por parte paterna, su familia es conocida por fundar los célebres diccionarios Langenscheidt. Su abuelo, un ingeniero minero, llegó a México asentándose en lugares como Zacatecas y Guanajuato, donde contrajo nupcias con una descendiente de Joaquín Obregón González, figura relevante durante el Porfiriato.

Desde el lado materno, su árbol genealógico lo liga a Juana Ramírez de Arellano y Zúñiga, esposa de Hernán Cortés, considerada pionera de la nobleza en la Nueva España. Este legado familiar incluye vínculos con la familia Escandón, quienes contribuyeron al desarrollo económico de la Ciudad de México en sus inicios. Langenscheidt menciona que su bisabuelo fue donante de la famosa estatua de Colón ubicada en Paseo de la Reforma y tiene en su poder documentos históricos que detallan importantes proyectos de infraestructura de la época.

Nacida y criada en un emblemático edificio en Paseo de la Reforma, Langenscheidt vivió también en la hacienda de La Quemada, en Guanajuato, un reflejo de una vida marcada por contrastes. Sin embargo, no sólo se trata de privilegios. Su relato incluye el dolor de haber enfrentado conflictos familiares profundos, incluidos intentos de despojar a su madre, así como la trágica muerte de su padre, el arquitecto Enrique Langenscheidt, en un accidente aéreo en 1969, donde también fallecieron figuras públicas relevantes.

El libro de memorias, que fue presentado en una librería de la ciudad, ofrece una ventana a una artista polifacética. Langenscheidt estudió restauración y literatura en Roma, colaborando en la renovación de la Capilla Sixtina, y se formó bajo la tutela del pintor José Bardasano en España. Su trayectoria incluye la fundación del Instituto de Arte de la Hacienda San Joaquín, donde eruditos como José Luis Cuevas y Gilberto Aceves Navarro impartieron talleres en los años 90.

A pesar de su exitosa carrera como galerista si considera, en esencia, una poeta. Con anteriores poemarios como Parvada y Fragmentos de un milagro, reitera la importancia de la poesía como un refugio en tiempos convulsos. Para Langenscheidt, la poesía representa una conexión esencial con la humanidad, ante la aceleración de la vida moderna.

En este momento de reflexión, ha decidido dejar un legado literario que cuenta su vida y su historia familiar, con el deseo de que sus hijos y nietos comprendan sus raíces y la travesía que ha formado su identidad. “Es un regalo para ellos,” afirma, revelando que escribir sobre su vida ha requerido valor, especialmente al abordar los capítulos más dolorosos de su historia. Langenscheidt busca, en última instancia, que su familia conozca a fondo quién fue y lo que representó su experiencia.

Este relato es un ejemplo de cómo la historia personal puede resonar con la historia colectiva, tejiendo un relato que trasciende lo individual, invitando a la reflexión sobre los altibajos de la vida en el contexto de la sociedad mexicana contemporánea.

Gracias por leer Columna Digital, puedes seguirnos en Facebook, Twitter, Instagram o visitar nuestra página oficial. No olvides comentar sobre este articulo directamente en la parte inferior de esta página, tu comentario es muy importante para nuestra área de redacción y nuestros lectores.