La Marina Armada de México atraviesa por una crisis significativa, que, según varios análisis, puede ser más grave de lo que se ha difundido. Durante las últimas dos décadas, esta institución ha gozado de un respeto notable, convirtiéndose en el aliado más confiable para las agencias estadounidenses, que han confiado en ella información sensible, resultando en operativos de gran envergadura.
Desde que la administración de López Obrador decidió alejarse de su promesa de devolver a las Fuerzas Armadas a sus cuarteles, y en su lugar, les asignó mayores recursos y responsabilidades que van más allá de sus funciones tradicionales, han surgido numerosas advertencias sobre los peligros de esta práctica. Una afirmación que resuena en el contexto es la que citaba el general Álvaro Obregón, mencionando que “nadie aguanta un cañonazo de 50,000 pesos”, sugiriendo así la vulnerabilidad frente a tentaciones financieras.
Recientemente, varias revelaciones han puesto en tela de juicio la integridad de altos mandos de la Marina, quienes estarían involucrados en el contrabando de combustibles, un fenómeno conocido como huachicol fiscal, y en la obtención de contratos irregulares. Este contexto de corrupción no es nuevo; durante el sexenio anterior se hicieron denuncias similares sobre las fuerzas armadas.
A pesar del desgaste, las instituciones consolidadas no desaparecen fácilmente. La Iglesia católica y otros grupos han sentido el impacto de diversas crisis, pero continúan operando. Se espera algo similar con las Fuerzas Armadas mexicanas.
El actual secretario de Marina destacó la importancia de la lucha contra la corrupción, un pilar central de su transformación institucional. Sin embargo, su mensaje se percibe incompleto, dado que se ha alineado con otras figuras clave de la administración que, en lugar de enfrentar la corrupción, parecen poner un manto de protección sobre responsables y figuras destacadas del pasado.
En el contexto de esta problemática, destaca la controversia relacionada con el almirante Ojeda, quien hace dos años solicitó la investigación de su personal en relación al huachicol fiscal. La pregunta sigue en el aire: ¿por qué no se actuó durante todo este tiempo? Las instancias de investigación de la Marina deberían haber abordado estos temas.
El periodista Mario Maldonado, en una reciente columna, puso en evidencia la falta de claridad en la respuesta institucional respecto a contratos irregulares que involucran a empresas vinculadas a estudiantes y pequeños despachos que terminan sosteniendo contratos millonarios. Esta falta de transparencia aumenta la desconfianza.
La presión internacional ha revelado hechos que señalaban la corrupción en aduanas desde 2019, a pesar de que el presidente López Obrador continuó asegurando que este problema no existía. La administración de Claudia Sheinbaum ha optado por proteger a los implicados, complicando la percepción pública, especialmente en un contexto donde la soberanía y la justicia son temas candentes.
La situación actual de las Fuerzas Armadas es delicada, aunque no irreversible; el camino hacia la recuperación será largo y lleno de desafíos. A pesar de intentos de manipulación de opinión pública a través de encuestas favorables, el impacto de estos acontecimientos se sentirá, y la comunidad estará atenta a las señales que indiquen una transformación real en la integridad de estas instituciones.
Es importante mencionar que esta información corresponde a la fecha de publicación original (2025-09-18 01:48:00), y cualquier actualización posterior a esa fecha no está reflejada aquí.
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