La ciudad de México enfrenta un alarmante aumento en los delitos cibernéticos, especialmente dirigidos a la población de adultos mayores, quienes son cada vez más vulnerables a estas prácticas delictivas. La Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) ha emitido recomendaciones cruciales para proteger a este grupo etario, que muchas veces no se siente cómodo ni familiarizado con las nuevas tecnologías.
A medida que la conectividad avanza y la digitalización permea la vida cotidiana, la forma en que nos comunicamos, accedemos a información y realizamos trámites ha cambiado drásticamente. Sin embargo, muchos adultos mayores no crecieron en este entorno tecnológico, lo que los convierte en un blanco fácil para los ciberdelincuentes. Estos utilizan técnicas de ingeniería social para manipular y aprovecharse de la confianza de sus víctimas.
Entre las modalidades más comunes de ciberdelincuencia que afectan a los ancianos, se destacan:
Phishing: Este método engaña a las personas mediante correos electrónicos o llamadas que pretenden ser de instituciones legítimas, como bancos.
Estafas románticas en línea: Los estafadores, a través de redes sociales o plataformas de citas, desarrollan relaciones emocionales con sus víctimas antes de solicitar dinero.
Fraude técnico o soporte falso: A través de una llamada, se hace creer a la víctima que su dispositivo tiene un problema, induciéndola a instalar software que permite el acceso remoto al estafador.
Secuestro de cuentas: Los delincuentes acceden sin autorización a las cuentas en línea de las víctimas, robando información o pidiendo dinero a contactos cercanos.
- Estafas de lotería: Muchos ancianos reciben mensajes indicando que han ganado un premio, donde se les pide pagar una cantidad para reclamarlo.
Datos preocupantes muestran que, según los reportes, los fraudes son la modalidad más frecuente, afectando al 40% de los adultos mayores, seguidos por la extorsión cibernética (25%) y ataques de fuerza bruta (26%). Las plataformas más utilizadas para llevar a cabo estos delitos incluyen aplicaciones de mensajería instantánea y llamadas telefónicas.
Para mitigar este riesgo crítico, la Unidad de la Policía Cibernética de la Ciudad de México ha recomendado una serie de medidas que los adultos mayores deben seguir:
- No compartir información sensible, como números de cuenta o contraseñas, a través de correos o mensajes.
- Ser escépticos ante mensajes que anuncian premios o herencias no solicitadas.
- Verificar la autenticidad de cualquier llamada que parezca provenir de una entidad oficial regresando la comunicación a un número conocido.
- Evitar hacer clic en enlaces sospechosos en correos electrónicos.
- Utilizar contraseñas robustas que incluyan una mezcla de caracteres y no sean fáciles de adivinar.
- Mantener actualizados los dispositivos con las últimas versiones de seguridad y contar con un buen antivirus.
- Tener precaución al aceptar solicitudes de amistad en internet, especialmente si estas parecen dar un giro alarmante hacia el dinero.
Es fundamental que los adultos mayores no se enfrenten a estos desafíos mientras navegan en el mundo digital. La asesoría y el acompañamiento de familiares o amigos de confianza pueden marcar la diferencia en su seguridad en línea. Al final, ofrecer un entorno seguro y educativo para navegar en la red es esencial en la lucha contra estas crecientes amenazas digitales.
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