Uno de los desafíos más significativos que enfrenta el nuevo papa León XIV será continuar la lucha contra las agresiones sexuales en la Iglesia, un esfuerzo ya iniciado por su predecesor, Francisco. Sin embargo, su ambivalente trayectoria en Perú ha suscitado preocupación entre organizaciones de defensa de víctimas.
Robert Francis Prevost fue elegido como el 267º papa, después de haber tenido una larga carrera en Perú, donde enfrentó escándalos que han impactado a la Iglesia católica durante años. Poco después de su elección, la Conferencia Episcopal Peruana (CEP) aplaudió su trabajo en la defensa de víctimas. No obstante, organizaciones como SNAP y Bishop Accountability han expresado dudas sobre su compromiso para desmantelar la cultura del secreto en la Iglesia.
Las inquietudes de estas organizaciones tienen raíces en el período en el que Prevost fue obispo de Chiclayo, desde 2013 hasta 2025. Anne Barrett Doyle, codirectora de Bishop Accountability, señaló que durante su mandato “no publicó el nombre de ninguno” de los culpables en casos de abuso. SNAP reveló que tres víctimas denunciaron sus experiencias ante la diócesis, pero no encontraron respuesta, llevando finalmente sus acusaciones a las autoridades civiles en 2022. Según la organización, Prevost no abrió una investigación y permitió que un sacerdote acusado continuara en sus funciones.
La trayectoria en la jerarquía de Prevost incluye un episodio en 2000, donde, como líder de los agustinos en Chicago, permitió que un sacerdote, también acusado de abuso, residiera cerca de una escuela.
En enero de 2023, el papa Francisco convocó a Prevost al Vaticano para dirigir el dicasterio para los Obispos y meses después lo nombró cardenal. Su responsabilidad incluía la supervisión de los casos de obispos acusados de abusos, aunque según las críticas, “mantuvo el secreto de ese proceso”, impidiendo que cualquier obispo implicado perdiera su título.
Antes de su partida de Perú, Francisco intervino en el Sodalicio de Vida Cristiana (SCV), una organización con acusaciones de abusos por parte de sus líderes. Después de un largo período de investigación, el pasado año se ordenó la disolución de esta congregación, relacionados con abusos sexuales a 19 menores y 10 adultos entre 1975 y 2002. Algunos consideran que Prevost desempeñó un papel clave en este proceso, ofreciendo un rayo de esperanza sobre la capacidad de la Iglesia para abordar estos problemas.
El papa Francisco implementó diversas medidas para combatir la pedocriminalidad dentro de la Iglesia, tales como la eliminación del secreto pontificio y la obligación de reportar casos a la jerarquía. Sin embargo, muchas organizaciones de víctimas han expresado su descontento con las acciones tomadas, lo que deja a su sucesor, León XIV, con la necesidad de abordar esta herencia complicada.
SNAP ha hecho un llamado al nuevo papa para que tome acciones decisivas en sus primeros 100 días de pontificado, las cuales incluyen establecer una ley universal de tolerancia cero en el derecho canónico y la creación de un fondo de reparación para las víctimas. Sin embargo, la tarea no será fácil, ya que muchos países aún consideran el abuso sexual un tabú, y en algunas regiones, como Italia, no se han iniciado investigaciones independientes.
León XIV heredará la carga de una cuestión que sigue siendo uno de los mayores desafíos para la Iglesia en la actualidad. Sin lugar a dudas, el compromiso del nuevo papa en este ámbito será seguido de cerca por organizaciones de víctimas y el público en general, en espera de acciones concretas hacia la justicia y la transparencia.
La información mencionada refleja la situación a partir de la fecha de publicación original, el 9 de mayo de 2025.
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