El estado malasio de Terengganu ha implementado nuevas leyes que severamente castigan a los hombres que no asistan a la oración del viernes, amenazando con encarcelamientos de hasta dos años. Esta normativa, anunciada por el gobernante Partido Islámico Malayo (PAS), establece que aquellos que infrinjan esta norma están expuestos a penas de prisión y multas de 3.000 RM (alrededor de 609 euros). Anteriormente, las sanciones eran menos severas, limitándose a multas y a penas de seis meses por faltar a tres oraciones consecutivas.
Estas nuevas directrices se comunicarán a través de carteles en mezquitas y su aplicación dependerá de reportes de la comunidad, así como de patrullas conjuntas con el Departamento de Asuntos Islámicos de Terengganu. La reacción ante estas medidas ha sido de intensa crítica. Phil Robertson, director de la Organización Asiática de Derechos Humanos y Trabajo (AHRLA), ha descrito la ley como “escandalosa”, argumentando que infringe los derechos humanos al coaccionar a los fieles sobre su práctica religiosa.
Desde el ámbito local, Mohamed Khalil Abdul Hadi, miembro del Consejo Legislativo de Terengganu, defendió que estas sanciones se aplicarían solo como un último recurso, destacando que la oración del viernes es una expresión de obediencia para los musulmanes. Cabe destacar que esta legislación fue originalmente establecida en 2001 y modificada en 2016 para endurecer las penas por diversos delitos, incluyendo el desacato al Ramadán.
Malasia se caracteriza por su sistema jurídico dual, donde los musulmanes, que representan aproximadamente dos tercios de su población de 34 millones, están sujetos a leyes de la sharia para asuntos personales y familiares. Con el PAS al mando en Terengganu y controlando todos los escaños de su Asamblea Legislativa, el partido busca reforzar la aplicación de leyes religiosas en este y otros estados bajo su influencia.
Es relevante mencionar que intentos recientes en otras regiones, como el vecino estado de Kelantan en 2021 —donde se buscó ampliar el código penal de la sharia— fueron finalmente declarados inconstitucionales por el Tribunal Federal de Malasia en 2024, lo que provocó protestas por parte de los partidarios del PAS.
Esta información, correspondiente a la fecha de publicación original del texto en 2025, ilustra un panorama de tensión entre la legislación religiosa y los derechos humanos en Malasia, reflejando la complejidad de un país en el que las tradiciones religiosas y las leyes se entrelazan profundamente.
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