En la actualidad, el mercado de la moda y la belleza ha evolucionado hacia la incorporación de fetiches como elementos de merchandising. Este fenómeno se refleja en la popularidad del eyeliner para lograr un look similar al de Priscilla Presley o en la comercialización de quemadores de incienso inspirados en la película “Midsommar”. Esta tendencia revela una nueva forma en la que los consumidores buscan expresar su individualidad y personalidad a través de la moda y el maquillaje, incorporando elementos que antes eran considerados fetiches personales en productos de consumo masivo.
El eyeliner, por ejemplo, ha dejado de ser simplemente un producto de maquillaje para convertirse en un símbolo de empoderamiento y expresión personal. Al optar por un estilo que rememora a Priscilla Presley, el consumidor busca proyectar una imagen de fuerza y confianza, siguiendo los pasos de iconos de la moda y el estilo. Por otro lado, la comercialización de quemadores de incienso inspirados en la película “Midsommar” refleja la influencia del cine y la cultura en la moda y la belleza, así como la búsqueda de experiencias estéticas únicas y distintivas.
Esta tendencia, aunque puede interpretarse como una forma de apropiación de fetiches personales, también evidencia la evolución de la moda y la belleza hacia una mayor apertura y diversidad en la expresión de la individualidad. Sin embargo, queda en manos de los consumidores y la sociedad en general el análisis y la reflexión sobre los límites éticos y personales en la adopción de estas nuevas tendencias.
En resumen, la incorporación de fetiches como elementos de merchandising en la moda y la belleza revela una evolución en la forma en que los consumidores buscan expresar su individualidad. Esta tendencia refleja una mayor apertura y diversidad en la industria, pero también plantea interrogantes sobre los límites éticos y personales en la adopción de estas tendencias.
Gracias por leer Columna Digital, puedes seguirnos en Facebook, Twitter, Instagram o visitar nuestra página oficial.