Tras una larga espera por la Fecha FIFA, las ligas de todo el mundo vuelven a la normalidad, y uno de los partidos más esperados en LaLiga será entre Sevilla, dirigido por Matías Almeyda, y Elche, que se disputará en el Estadio Ramón Sánchez-Pizjuán.
En una conferencia de prensa previa al encuentro, Almeyda abordó varios aspectos relevantes sobre su rival, pero no dejó de lado un tema crítico: la salud mental en el fútbol. El entrenador, que ha experimentado en carne propia la depresión y la soledad que pueden surgir en la vida de un futbolista, compartió su historia personal, mencionando el sufrimiento que vivió durante su carrera.
Almeyda relató: “Sufrí bastante. Fui ayudado por mi familia, por profesionales. Cuando jugaba en el Inter, le dije a Moratti que no quería jugar más. Tenía dos años más de contrato. Esa fue mi realidad; no tengo intención de presentar una imagen distorsionada. Todos los futbolistas enfrentarán momentos difíciles, y por eso me convertí en entrenador. Quiero que amen el fútbol y lo jueguen tanto como puedan”.
Un punto importante que destacó Almeyda fue la experiencia compartida con su amigo Diego Armando Maradona, quien también luchó con la soledad y la depresión tras dejar el deporte profesional. Almeyda enfatizó que, tras finalizar sus carreras, el 95 % de los jugadores experimentan una desconexión abrupta: “Al día siguiente, el teléfono no suena. Los amigos del campeón desaparecen”.
Para contribuir a un entorno de apoyo, Almeyda se ha propuesto ser más que un simple entrenador para sus jugadores, desempeñando también el papel de psicólogo: “Trabajo mucho en esto. Cuando hablo de presión, les explico que presión es otra cosa; es tenerlo todo y no tener nada”, aseguró. La forma en que aborda este asunto muestra su preocupación genuina por el bienestar psicológico de sus jugadores, algo que cobra vital importancia en el contexto actual del deporte de élite.
La salud mental en el deporte se ha convertido en una conversación cada vez más relevante. El testimonio de Almeyda resalta la necesidad de visibilizar estos temas para crear conciencia y ofrecer el apoyo necesario a los atletas. Su compromiso no solo demuestra su carácter humano, sino también su deseo de cultivar un entorno saludable para la próxima generación de futbolistas.
Este enfoque podría ser clave en la evolución de la relación entre el deporte y el bienestar mental, destacando la importancia de una comunicación abierta y el apoyo emocional en un mundo donde la presión es el pan de cada día. La experiencia de Almeyda sirve de faro para aquellos que navegan por el tumultuoso mar del fútbol de alta competencia, recordando que la salud mental es tan importante como el rendimiento físico.
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