Mentiras: Belinda revive la moda ochentera

En un fascinante recorrido por el mundo del vestuario en la producción de series, destaca el intrincado proceso de las pruebas de vestuario, que pueden extenderse durante horas y horas. Este proceso no solo se basa en las necesidades técnicas de la producción, sino que también se enriquece con la perspectiva que los actores aportan a sus personajes. En este contexto, Belinda, conocida por su versatilidad como artista, se enfrenta al desafío de compaginar su apretada agenda con las exigencias de su personaje, Daniela, quien cuenta con un impresionante número de 38 cambios de vestuario a lo largo de la serie.

La situación se vuelve aún más interesante cuando Belinda decide abrir su clóset para colaborar con el diseñador de vestuario, Sandoval. Esta inusual decisión se convierte en una oportunidad de auténtica creatividad, ya que muchas de las prendas de su colección personal, catalogadas casi como “piezas de museo”, son ideales para su rol. Entre estas prendas destaca un icónico abrigo rojo en forma de corazón diseñado por Hedi Slimane, como parte de una colección inspirada en la moda de los años 80, además de un exclusivo bolso de Louis Vuitton adornado con plumas rosas.

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Otro elemento a señalar son los múltiples momentos en que el personaje de Daniela se expresa visualmente, como en el flashback de un avión o en la alfombra roja, donde se aprovechan estas configuraciones para integrar las impresionantes piezas del vestuario de Belinda.

En términos de producción, se estableció la necesidad de un “cambio héroe”, una pieza clave que reflejara la continuidad de la narrativa. Aunque al principio se sugirió que un conocido traje rosa era de Chanel, pronto se aclaró que en realidad, el traje fue creado específicamente para la producción. Este traje, caracterizado por su tejido tweed, fue importado de Nueva York y seleccionado tras realizar pruebas de cámara, asegurando que se ajustara perfectamente a la estética buscada.

Dado el reconocimiento cultural que implica un traje Chanel, la producción buscó un equilibrio entre mantener la esencia icónica y las particularidades del personaje. Así, cada elección de vestuario se convierte en una parte integral de la historia, rompiendo barreras entre lo visual y lo narrativo, y ofreciendo a los espectadores un deleite estético que complementa cada escena.

Con una cuidada atención a estos detalles de vestuario, la serie se presenta como un testimonio de la colaboración entre actores y diseñadores, donde cada pieza no solo busca ser visualmente atractiva, sino que también acompaña al espectador en un viaje narrativo único.

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